
No hace mucho tiempo Javier Rubio, uno de los fundadores de Libertad Digital y quien, con Javier Somalo, decidió mi incorporación a este proyecto como colaborador sistemático y luego accionista, en respuesta a un saludo previo mío (siempre tengo presente a estos Javieres), me escribió: "A pesar de lo lejos que me van quedando aquellos años, la relación contigo está entre mis mejores recuerdos de los de LD, me reconforta tu agradecimiento". Quede constancia. Sólo los malos son desagradecidos, se lee en El Quijote.
Como diversas circunstancias me han hecho imposible asistir a la celebración del XXV aniversario de la fundación de esta aventura española, filosófica, política y empresarial, me he dicho que no podía dejar pasar la fecha sin exponer pensamientos y sentimientos que han arraigado vivamente en mí tras aquel enero de 2008, momento en el que comenzaron mis contribuciones a su acontecer diario.