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Los Nuestros: Domingo Soriano

Nuestro compañero de Libre Mercado nos confiesa su vocación de mediapunta, su pasión por los pepitos de ternera y su admiración por Churchill.

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Nombre:

Domingo Soriano Sánchez.

Lugar y fecha de nacimiento:

Almería, 12 de julio de 1976.

Vocación:

Mediapunta.

Profesión:

Periodista.

Aficiones:

Demasiadas: la historia, la economía, el género negro, el cine, el golf, los toros…

Tres libros imprescindibles:

Fortunata y Jacinta, de Benito Pérez Galdós; Vida de Samuel Johnson, de James Boswell; La fatal arrogancia, de Friedrich Hayek.

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Galdós

Tres películas:

Centauros del desierto, El hombre tranquilo, El hombre que mató a Liberty Valance: todas de John Ford.

Tres canciones:

"Be my baby", de Vanessa Paradis; "Pure", de The Lightning Seeds; "Take on me", de A-ha.

Una serie de TV:

El Ala Oeste de la Casa Blanca (me encantó, aunque reconozco que es peligrosísima).

Un cuadro:

El retrato del Conde-Duque de Olivares a caballo, de Velázquez.

Un buen plato de comida:

Si tuviera que elegir sólo uno, me quedaría con un buen pepito de ternera acompañado de unas patatas bien fritas. Por cierto, cada vez quedan menos sitios en los que se hagan buenos bocadillos (y sobre patatas crujientes, no grasientas y no congeladas... ni hablamos).

Un lugar:

Mi lugar en el mundo es una pequeña aldea, cerca de Avilés, donde la familia de mi mujer tiene una casa de campo. En Madrid, me encanta pasear por el eje Castellana-Recoletos-Paseo del Prado.

Un personaje histórico:

Winston Churchill.

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Churchill

Un acontecimiento histórico:

El 4 de julio de 1776.

El mejor político de la actualidad. ¿Y del resto del mundo?

No tengo ninguno que pueda nombrar. Y no lo digo por esnobismo o cinismo, me encantaría poder decir algún nombre, pero no encuentro ninguno con el que me identifique.

Eso sí, tengo que recordar a todos aquellos que se la jugaron en la lucha contra ETA (algunos se la siguen jugando): Gregorio Ordóñez, los Pagaza, Rosa Díez, María San Gil…

Del resto del mundo, tampoco tengo muchos nombres que citar. Admiro profundamente a los que se juegan la vida y el bienestar por la libertad. Por ejemplo, los miembros de la oposición venezolana actual.

Con estos políticos venezolanos, como con algunos de los españoles citados anteriormente, puede que me separe una gran distancia en lo que podríamos denominar política convencional (que si hay que bajar este impuesto o aquel, o si aprobar tal o cual regulación laboral), pero yo me denomino liberal y no se me ocurren mejores ejemplos de luchadores, de los de verdad, por la libertad.

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Lilian Tintori, ante un gran retrato de su marido, el preso político venezolano Leopoldo López, actualmente bajo arresto domiciliario.

El peor. ¿Y del resto del mundo?

Los que quieren arrebatarnos esa libertad. Desgraciadamente, son muchos y, al menos en Europa, tienen un apoyo creciente (desde luego, mucho más alto que el que tenían hace 10-15 años). No hay nada más peligroso para una sociedad que dar la libertad como algo dado, con lo que se puede contar porque sí, que no hay que defender.

Mi mejor momento profesional:

Sonará a tópico, pero el día que cobré mi primera nómina, como becario de IBM, fue uno de los más felices y en los que me sentí más orgulloso de mi vida. En realidad, todo aquel año de becario fue excepcional.

El peor:

No recuerdo ninguno especialmente doloroso, aunque lo paso muy mal cuando descubro un error en uno de mis artículos, desde una cifra que baila hasta una errata ortográfica.

Mi principal virtud:

Creo que soy una persona honesta.

Mi peor defecto:

Tengo que aprender a encajar mejor las críticas.

Mi gran asignatura pendiente:

Bajar de hándicap (el objetivo es pasar a una sola cifra).

¿España va a ir bien?

España va bien desde hace 500 años. Es una historia de éxito incontestable. Por ejemplo, lo conseguido en los últimos 50-60 años ha sido excepcional. Y no es sólo una cuestión histórica: en 2018 es uno de los países con mejor calidad de vida del mundo.

Sólo desde el sectarismo, la maldad o el odio se puede hacer una lectura diferente. Me imagino que si ha superado tantas pruebas, sobrevivirá a las que ahora tiene por delante. Pero los que quieren acabar con ella son muchos y están muy bien organizados. El porqué de ese odio no lo entiendo, pero ahí está.

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