Nombre:
David Jiménez Torres.
Lugar y fecha de nacimiento:
Madrid, 1986.
Vocación:
Escritor.
Profesión:
Profesor universitario. También escribo columnas y publico novelas y ensayos académicos.
Aficiones:
La lectura, el Real Madrid y la NBA.
Tres libros imprescindibles:
Dublineses, de James Joyce; Nunca me abandones, de Kazuo Ishiguro; Las correcciones, de Jonathan Franzen. Y, si puedo, tres más: El día del Watusi, de Francisco Casavella; Pastoral americana, de Philip Roth, y La regenta, de Leopoldo Alas Clarín.
Tres películas:
La última película (The Last Picture Show), Desayuno con diamantes, Casablanca.
Tres canciones:
"Visions of Johanna" (Bob Dylan), "Blackbird" (Beatles), "Thunder Road" (Bruce Springsteen).
Una serie de TV:
The Wire.
Un cuadro:
El Caballero de la Mano en el Pecho, de El Greco.
Un buen plato de comida:
Cualquier cosa que cocine mi abuelo.
Un lugar:
Princeton (Nueva Jersey) una mañana de otoño.
Un personaje histórico:
Miguel Ángel Blanco y todos aquellos que tuvieron la valentía de plantar cara a la barbarie y la soledad. Hoy vivo en un país mejor gracias a ellos.
Un acontecimiento histórico:
La Primera Guerra Mundial. He centrado parte de mi investigación en ella y cada vez me resulta más fascinante, horrorosa e incomprensible.
El mejor político de la actualidad. ¿Y del resto del mundo?
Albert Rivera y Emmanuel Macron.
El peor. ¿Y del resto del mundo?
Artur Mas y Donald Trump. Evidentemente luego están los que no son políticos sino criminales en el poder: Asad, Maduro, Putin…
Mi mejor momento profesional:
Publicar mi novela más reciente, Cambridge en mitad de la noche. Estuve trabajando en ella durante varios años y en ocasiones pensé que nunca llegaría a terminarla, o a darle la forma que quería. Verla ahora convertida en una realidad sigue siendo algo muy especial.
El peor:
En 2011, cuando la editorial que había publicado mi primera novela rechazó la segunda y dio a entender que no le interesaba volver a publicar nada mío. Tenía toda la razón para hacerlo: aquel manuscrito era muy flojo y ahora reposa plácidamente en una carpeta del ordenador de la que no saldrá nunca. El caso es que aquello me hizo plantearme muy seriamente si quería seguir en lo de la escritura y, de ser así, qué debía hacer para mejorar. Puso en marcha todo un mecanismo de reflexión y de aprendizaje que, a la larga, ha sido muy positivo y que (quiero pensar que) me ha llevado a escribir cosas bastante mejores. Pero en el momento fue un palo bastante duro.
Mi principal virtud:
Quiero creer que es la curiosidad.
Mi peor defecto:
La impaciencia y cierta propensión al agobio.
Mi gran asignatura pendiente:
Todo.
¿España va a ir bien?
Sí. España está llena de gente con talento, ideas y ganas de trabajar. Otra cosa es que el sistema no los esté canalizando hacia los puestos donde verdaderamente merecen estar y donde podrían ayudar a la mejora del país. Pero eso se puede cambiar, y quiero pensar que es posible.