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Los Nuestros: Marcel Gascón

Excorresponsal de EFE en Rumania, Sudáfrica y Venezuela, se declara admirador de Trump y recomienda leer Los enemigos del comercio, de Escohotado.

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Nombre:

Marcel Gascón Barberá.

Lugar y fecha de nacimiento:

Castellón, 11 de enero de 1985.

Vocación:

Escribir, leer periódicos.

Profesión:

Periodista.

Aficiones:

La lectura, Arturo Valls, escuchar a Federico, cada vez más las películas y las series, conducir con la ventana abierta y música en el caset. Los paisajes grandes y abiertos. Las autopistas iluminadas y las ciudades, de noche y en coche. Últimamente mucho el mar, y a veces hacer deporte.

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Tres libros imprescindibles:

Un millonario inocente, de Stephen Vizinczey; Raval, de Arcadi, y Los enemigos del comercio, de Escohotado (o sus conferencias sobre el libro que hay en YouTube).

Tres películas:

Por decir tres de las últimas que he visto, que aún deben de estar en Movistar: Spoor, una preciosa y arriesgada rareza de Agnieszka Holland, Kasia Adamik; Mientras duermes, de Jaume Balagueró, y alguna del genial director rumano Nae Caranfil.

Tres canciones:

"Una de romanos", de Sabina; el incomparable "Ritmo de la noche" de Mystic, que es la canción más sensual que conozco, y algún éxito del pop afrikaans, con su vídeo incluido.

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Una serie de TV:

The Legacy, o El legado, en español. Una obra de arte danesa que creo que aún puede verse en Movistar.

Un cuadro:

Antes de un viaje que hice a Guinea Ecuatorial, mi hermano me dibujó unas figuras abstractas que evocan maravillosamente a África. Las tenemos enmarcadas y colgadas en una de las casas familiares.

Un buen plato de comida:

Una fideuá de mi madre, entre muchos otros.

Un lugar:

El Café Argentino de Johannesburgo, donde tantas mañanas desayuné leyendo los periódicos.

Un personaje histórico:

Gaspar da Gama. Fue un viajero judío nacido en el siglo XV. Tras viajar a Jerusalén y Alejandría, fue hecho prisionero y vendido como esclavo en la India, donde trabajó –tras obtener la libertad– al servicio del sultán de Goa. Vasco da Gama lo captó para sus filas a su llegada a la zona. Convertido por los portugueses al catolicismo y ya bajo el nombre de Gaspar da Gama, capitaneó la flota lusa hasta su regreso a Portugal. Su valía general y su talento para los idiomas hizo que tuviera un papel destacado en otras expediciones portuguesas, tanto hacia el este como hacia el oeste. (Jewish Virtual Library).

Un acontecimiento histórico:

Después de haber vivido en Venezuela, uno que aún no ha ocurrido y espero que no tarde en ser una realidad: la caída del chavismo.

El mejor político de la actualidad. ¿Y del resto del mundo?

Después de escucharle entrevistado en Es La Mañana, Pablo Casado me parece el político español con mayor potencial.

En el mundo, y en un plano muy distinto al de Casado, Donald Trump. Su abierto desafío a la corrección política que durante décadas lo ha gobernado todo es un fenómeno histórico sin precedentes en nuestro tiempo. Un fenómeno irradiado por la personalidad, el carisma y el talento de un solo hombre, que Trump ha tenido la virtud de mantener a ras de suelo gracias a esa vertiente autoparódica de su estilo que le aparta del providencialismo de otros populistas. Más allá de los resultados que coseche su gestión, que de momento no son malos, es el primer gran líder en romper con éxito el chantaje silencioso de esa clase improductiva y estéril de la que forman parte los guardianes de la moral buenista.

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El peor. ¿Y del resto del mundo?

Impresiona ver el gusto indisimulado de Sánchez por ser presidente. Es como un padre viejo con un hijo que ya no creía posible. Sería una gran sorpresa que un hombre así de autosatisfecho y sin escrúpulos para exhibirlo llegara a ser un buen presidente. De fuera de España me resulta especialmente desagradable Justin Trudeau.

Mi mejor momento profesional:

Mi tiempo con EFE en Venezuela. Siempre estaré orgulloso de haber contado lo que es el chavismo con claridad y justicia.

El peor:

También en Venezuela. La impotencia que causa no poder (o no atreverse a) hacer nada realmente efectivo ante las injusticias que padece la gente allí. Y la ligereza con que se toman las desgracias cuando las provoca la izquierda.

Mi principal virtud:

La ingenuidad.

Mi peor defecto:

La ingenuidad.

Mi gran asignatura pendiente:

No tener asignaturas pendientes.

¿España va a ir bien?

No lo parece. Mientras en Europa y los Estados Unidos se observa una tendencia al repliegue en torno a los valores que hicieron a esos países exitosos, nosotros reeditamos el experimento Zapatero en el momento más delicado de nuestra historia reciente, aunque esperemos que las urnas lo aborten. Desde que dejamos de ser los primeros, siempre vamos a rueda y tardamos más que nadie en tomar las curvas. Tomaremos esta, seguramente, pero los daños de la demora serán cuantiosos.

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