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Miguel Ángel Sanz

"En mi clase, delante de mis ojos, estaban creciendo fascistas"

Viven en una burbuja de entendimiento. De repente ven algo que no cuadra y deben negarlo. No puede ser que gente normal vote a VOX.

Viven en una burbuja de entendimiento. De repente ven algo que no cuadra y deben negarlo. No puede ser que gente normal vote a VOX.
EFE

Son palabras de un profesor andaluz, identificado en Twitter como @JuanitoLibritos, que reflexionó en un hilo sobre lo ocurrido en las elecciones andaluzas con algunos antiguos alumnos suyos. El hilo se puede encontrar en Twitter, y ha sido publicado por algunos medios. Incluso el profesor, que se llama Juan Naranjo, ha escrito un artículo en Diario Sur.

Sus tuits muestran un fenómeno generalizado que se ha producido de forma masiva en toda España durante estos días: la disonancia cognitiva.

La disonancia cognitiva le sucede a una persona cuando ocurre un hecho que contradice fuertemente la visión que tenía de la realidad, mostrando que lo que pensaba era totalmente erróneo. Nos puede suceder a todos. Y puede durar poco... o puede durar mucho.

Cuando esto sucede, la gente no dice: "¡Qué estúpido soy! ¡Estaba equivocado!". La gente no hace eso. Lo que hace es reescribir los hechos que refutan su modo de pensar y tergiversarlos.

En muchos militantes y votantes de PSOE, Podemos, IU y, en menor medida pero seguramente también, de PP, Ciudadanos y de otros partidos, se ha producido una disonancia cognitiva enorme. Para miles de personas, que VOX haya obtenido 12 diputados en Andalucía no era algo posible. Ha sido como un terremoto.

Sus mentes, como la de @JuanitoLibritos, no pueden aceptar que esos chavales que han votado a VOX sean normales, aprecien a su profesor gay, etc.

Tuvimos una buena relación mientras era su profe, y yo en mi trabajo soy abiertamente gay y abiertamente de izquierdas (...) Nada fuera de lo habitual en una clase de un instituto. Adolescentes normales.

Esos estudiantes normales, en 24 horas se han convertido en fascistas:

Pero no era así. En mi clase, delante de mis ojos, estaban creciendo fascistas. Adolescentes fascistas, en Andalucía, en 2018. Fascistas nacidos en el 2000, que han usado su primera papeleta electoral para votar contra la democracia que les ha criado.

Muchos de estos votantes y militantes de izquierdas no es que llamen fascistas a los de VOX por insultar, o por táctica, para que les vote menos gente en el futuro. Es que lo piensan de verdad, sinceramente, porque es su forma de entender el mundo, de explicárselo, en consonancia con todas las pseudoverdades que les han vendido durante décadas. Y cuando se produce una macrodisonancia como que VOX saque 12 diputados, para colmo en Andalucía, hay que reducirla llamándolos fascistas.

Viven en una burbuja de entendimiento. De repente ven algo que no cuadra y deben negarlo. No puede ser que gente normal vote a VOX.

Es algo similar a lo que les sucedió el 8 de octubre del año pasado a muchos nacionalistas catalanes: no podían aceptar que un millón de personas se hubieran manifestado en Barcelona con banderas españolas y en contra de la independencia. La disonancia cognitiva era enorme. Estos son algunos de los innumerables comentarios de un medio separatista en que los lectores intentaban tergiversar lo sucedido para no tener que reconocer que ese millón de personas marchando por las calles cuestionaba fuertemente su visión de la realidad:

"Venir de toda España con los gastos pagados, ridículo".

"Creo que con la movida que han hecho y viniendo de todo el estado español ha sido muy poca gente".

"Lo han organizado en la plaza Urquinaona xq es mucho más fácil de llenar q la plaza Cataluña. El viejo truco de Vía Layetana llena con vista de zoom. Es más fácil llenar Vía Layetana q el P. De Gracia que es el doble de ancha".

"Quiero una foto no trucada de toda la gente que hay. Así veremos todos los seguidores de España. Porque toda esta gente, la mayoría han venido de fuera".

"350.000, 1/3 de la diada; 1/10 parte de los movilizados el 1-O; y la mitad de ellos venidos de fuera".

La realidad es compleja: corrupción en la Junta de Andalucía, amiguismo, impuestos excesivos, alianza de Pedro Sánchez con el independentismo catalán, injusticias en la Ley Integral contra la Violencia de Género, etc. Cuando alguien intenta explicarlo todo con un único concepto ("son fascistas"), es una señal clara de que está en disonancia cognitiva.

VOX ha abierto un agujero en el tejido de la realidad, y gracias a él podemos ver mejor lo que pasa. Si queremos.

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