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Leandro Fleischer

El peronavirus golpea a la Argentina

En la Argentina se está propagando un virus que preocupa a la gente. Se trata del albertovid-19 –en honor al presidente Alberto Fernández–, perteneciente a la familia de los peronavirus.

En la Argentina se está propagando un virus que preocupa a la gente. Se trata del albertovid-19 –en honor al presidente Alberto Fernández–, perteneciente a la familia de los peronavirus.
Alberto Fernández y Cristina Kirchner | EFE

En la Argentina se está propagando un virus que preocupa a la gente. Se trata del albertovid-19 –en honor al presidente Alberto Fernández–, perteneciente a la familia de los peronavirus.

Si bien este tipo de virus han dañado a toda la población durante más de 80 años, el albertovid-19 resultó ser engañoso, ya que supuestamente se trataba de uno menos agresivo que el anterior de la misma familia; pero sus rasgos dañinos son tan o más potentes que los del kovid-03, así llamado en honor al kirchnerismo, que comenzó en 2003.

La particularidad de este virus es que ataca principalmente al sector productivo de la sociedad, lo que, dada la situación de crisis generada por la otra pandemia, la del covid-19, resulta devastador para el país.

El albertovid-19 no permite que los comerciantes y empresarios puedan remarcar los precios debido a la alta inflación, las groseras regulaciones, los estrafalarios impuestos y el significativo incremento de la demanda ocasionada por el covid-19, y por si fuera poco cierra comercios en plena pandemia, lo que podría generar un grave desabastecimiento. Aparentemente, el albertovid-19 es un virus con conciencia social; de esos que acaban provocando millones de muertes alrededor del mundo.

Este peligroso peronavirus, que se decía iba a proteger a los más mayores, primero redujo sus ingresos y recientemente provocó agolpamientos en las entradas de los bancos de ancianos angustiados por cobrar su pensión y poder sustentarse durante la cuarentena. Esta situación generada por el albertovid-19 seguramente derivará en más contagios de covid-19 en el sector de la población de mayor riesgo.

Respecto de los síntomas, sucede algo de lo más extraño. Si bien las consecuencias del albertovid-19, y de cualquier peronavirus en general, son claramente muy destructivas, son muchos los que pueden estar demasiado tiempo, tal vez toda la vida, sin percatarse de los síntomas. Es más, son muchos, entre ellos varios formadores de opinión, que piden que apoyemos al virus en estos tiempos difíciles. Curioso.

Otro aspecto peculiar de los peronavirus, y sobre todo en estos tiempos de pandemia del covid-19, es que no afecta a los burócratas. Así, todo parece indicar que son inmunes a las graves consecuencias causadas por el albertovid-19 al resto de la sociedad. Sus jugosos ingresos y enormes fortunas no son alcanzados por el virus. Normal que no se desvivan por combatirlo. El albertovid-19 tampoco parece producir ningún daño a las fortunas de algunos sindicalistas, a los que recientemente el virus ha demostrado tenerles mucho cariño. Tal vez necesite de su respaldo para seguir propagándose. Es un virus muy pícaro.

La combinación de la pandemia del coronavirus con la del peronavirus es letal. Para el primero, todos estamos a la espera de que se descubra un tratamiento que pueda, al menos, reducir su agresividad; y de que tengan éxito aquellos que están intentando desarrollar la vacuna en países como Israel y Estados Unidos.

Sin embargo, soy pesimista respecto del peronavirus, ya que el tratamiento, basado en una reducción del fanatismo, está al alcance de todos, pero no son mayoría los que recurren a él. Y la vacuna, es decir, el sentido común, tampoco es muy demandada, ya sea por conveniencia o por ignorancia.

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