
Hay un antes y un después en la política y en la configuración de la opinión pública desde que la tecnología ha invadido nuestras vidas. Las redes sociales tienen hoy día una influencia muy notable en las campañas electorales. Antes, el político construía sus mensajes orientados a los medios de comunicación tradicionales, pero desde hace unos años casi todo se decide en Internet, y las elecciones se ganan en estos nuevos canales. Pero para eso hay que saber gestionarlos adecuadamente, y no hablamos sólo de cómo diseñar la estrategia de social media, sino de utilizar soluciones tecnológicas que transformen la información en conocimiento.
Hace tiempo ya que las empresas consideran prioritario "escuchar" a sus clientes (el cliente manda), y lo que tanto sus defensores como sus detractores dicen de ellas en las redes sociales, para identificar carencias y debilidades, demandas y necesidades, y así, poder tomar las decisiones más adecuadas para la competitividad de sus negocios. De forma análoga, para los partidos políticos es ya fundamental disponer de herramientas que les permitan gestionar y conocer en tiempo real la voz de los ciudadanos (el ciudadano en el centro), e incorporar ese conocimiento a su toma de decisiones.