El 8 de marzo de 2010, convocados por la Fundación Víctimas del Terrorismo de Maite Pagazaurtundua, veintidós asociaciones y fundaciones de víctimas del terrorismo acordaron proponer el 27 de junio como Día de las Víctimas del Terrorismo en España. El motivo de la elección de esa fecha fue el recuerdo de la primera víctima del terrorismo, la niña de 22 meses Begoña Urroz, asesinada por el DRIL el 27 de junio de 1960 a consecuencia de la deflagración de un artefacto explosivo en la estación de Amara de San Sebastián.
Tres días después, el 11 de marzo, el Congreso de los Diputados aprobó por unanimidad, en sesión plenaria, la institucionalización de dicha efeméride. Posteriormente, en septiembre de 2011, con la aprobación de la Ley 29/2011, de Reconocimiento y Protección Integral a las Víctimas del Terrorismo, el establecimiento de dicha fecha como día de recuerdo y homenaje a las víctimas del terrorismo quedó reflejado en el artículo 60 del citado texto legal.
Desde entonces, cada 27 de junio se celebra una sesión solemne, con importante presencia institucional, para rendir tributo a todas las víctimas del terrorismo. Sin embargo, la presencia de las víctimas del terrorismo en general y de la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT) en particular no siempre ha sido una realidad.
En 2010, por tratarse de la primera vez, el acto fue presidido por Su Majestad el Rey don Juan Carlos y asistieron un nutrido grupo de víctimas del terrorismo y la mayoría de los representantes de las asociaciones y fundaciones que trabajan por las víctimas del terrorismo. Además del Rey, tomó la palabra el presidente del Congreso José Bono. El hecho de que no se diera voz a ninguna víctima del terrorismo generó cierto malestar entre algunas de ellas, lo que provocó que la AVT no acudiera los dos años siguientes, ni en 2011 ni en 2012. En 2013, y ante el anuncio de que a partir de 2014 se daría voz a una víctima en representación de todo el colectivo, la AVT volvió a asistir al acto. Y así se repitió durante los años 2014 a 2019.
Pese a que en 2011 los herederos del brazo institucional de ETA volvieron a tener representación en la Cámara Baja, el respeto a todas las víctimas del terrorismo y al hecho de que a la mayoría de las víctimas del terrorismo no se les rinde ningún tipo de homenaje ni reconocimiento a lo largo del año hicieron que la AVT, pese al enfado y al desacuerdo con la presencia de los testaferros de ETA en las instituciones, acudiera para acompañar a las víctimas que deseaban acudir a dicho reconocimiento.
Sin embargo, las cosas cambiaron en 2020. En un comunicado la AVT detalló las líneas rojas que le impedían asistir al acto del Congreso en esa ocasión.
- El protagonismo político y reconocimiento que por parte del Gobierno y de los partidos que forman parte de él, se ha dado a los herederos del brazo político de ETA, sobre los que la AVT ha presentado cientos de indicios para su ilegalización. Los sucesores de Batasuna, no sólo se jactan de quitar y poner gobiernos, sino que se pactan con ellos reformas legislativas relevantes para el futuro de nuestro país y de todos los españoles/as.
- Como hemos mencionado infinidad de veces, EH Bildu no puede ser tratado como un interlocutor político más hasta que no condenen la violencia de ETA y admitan que no tuvo ninguna justificación. No se puede permitir que en ese mismo Congreso en el que se organiza el homenaje a las víctimas y en el que ellos presumen de ser decisivos, expongan día sí y día también un relato falso de lo que ha sucedido en este país.
- Este Gobierno está sustentado por un partido que está más preocupado por los presos por delitos de terrorismo, que de las víctimas. Véase el manifiesto que Unidas Podemos rubricó en el mes de mayo para pedir la liberación de los presos con la excusa de la pandemia.
- Este Gobierno ha permitido que individuos condenados por terrorismo, como Arnaldo Otegi, sean entrevistados en la televisión pública que pagamos todos los españoles/as.
- Una ministra de este Gobierno ha manifestado públicamente que la libertad de la que ahora gozamos, se la debemos a militantes de una organización terrorista como es el FRAP.
- Un Gobierno del que forma parte un partido político que blanquea, y quiere indemnizar, a terroristas bajo el pretexto de ser represaliados del franquismo.
- Un Gobierno que siempre ha apostado por el acercamiento de presos condenados por graves delitos, incluidos de sangre, a cárceles próximas al País Vasco. Incluso, recientemente ha cedido a una histórica reivindicación de ETA acercando a un preso terrorista a una prisión próxima su domicilio, sin exigirles ni la colaboración con la justicia ni la deslegitimación de la violencia terrorista.
- Este Gobierno ha concedido terceros grados a presos por delitos de terrorismo sin exigirles el requisito de colaboración con la justicia tal y como exige el Código Penal.
- Este Gobierno parece mucho más preocupado por los derechos de los terroristas presos que de sus víctimas. Véase cómo el pasado mes de mayo dos familiares de un condenado del Comando Vizcaya viajaron desde el País Vasco hasta Valencia para visitarlo a él y a su pareja, también condenada por terrorismo, tras el fallecimiento del padre de él gracias a un salvoconducto excepcional emitido por el Ministerio del Interior en pleno Estado de Alarma.
- Este Gobierno y sus correspondientes Delegaciones de Gobierno, asisten con total pasividad a todos los homenajes que se siguen llevando a cabo a los terroristas en las calles del País Vasco y Navarra.
Por desgracia, desde 2020 no solo siguen estando vigentes estas líneas rojas, sino que la situación ha empeorado. A junio de 2023 hemos sido testigos de la derogación de la política de dispersión con el acercamiento de todos los presos etarras sin exigirles nada a cambio, ni si quiera un pronóstico favorable de reinserción. Hemos presenciado cómo los herederos del brazo institucional de ETA se convertían en socios preferentes en la gobernabilidad del Estado, pese a que ahora el presidente del Gobierno quiera hacernos ver lo contrario. Y lo que es más grave, asistimos impasibles a la puesta en marcha de una estrategia de blanqueo del terrorismo y de los terroristas con el pretexto de que "ETA es algo del pasado" como si sus víctimas, y sus reivindicaciones de Verdad, Memoria, Dignidad y Justicia, también lo fueran.
Como ha indicado la AVT este año, o se está con las víctimas o se está con los verdugos. No se puede homenajear a las víctimas, mientras suenan violines melancólicos, y a la vez contar con EH Bildu como un socio de gobierno más, mejorar la situación penitenciaria de los presos etarras sin exigirles nada a cambio y relegar a las víctimas del terrorismo al más absoluto olvido —incluso acusándolas de hacer política cada vez que deciden alzar la voz—. "Es hipócrita, humillante y denigrante". El 27-J es el día de las víctimas del terrorismo, y por eso, no cuenten con la AVT un año más en el Congreso.
Carmen Ladrón de Guevara Pascual
Abogada Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT)