
Escuchamos la palabra indigenismo y nos ponemos en guardia. No es fácil acercarse a la noción de indigenismo sin liberarse de los prejuicios de quienes utilizan esa palabra a favor de sus intereses políticos. El indigenismo, como todos los "ismos", es un movimiento social y político a disposición de todo tipo de demagogos sin escrúpulos morales. Bajo el pretexto de la defensa de las "civilizaciones" prehispánicas en Hispanoamérica, incluida Brasil, se han cometido y se siguen cometiendo todo tipo de barbaridades intelectuales y políticas. Puede no invitarse al Jefe del Estado de España a la toma de posesión del nuevo presidente de México, la señora Sheimbaun, porque no ha pedido perdón por no sé que crímenes cometidos por los españoles en el siglo XVI, o culpar a España de que el expresidente de Méjico, José López Portillo, haya arrasado por decreto presidencial con todas las comunidades indígenas en beneficio de la normalización del español en todo el territorio mejicano.
Muy diferentes y hasta contradictorios son los "sentidos" y "abordajes" del indigenismo. La palabra indigenismo de significar algo pasaría a no decirnos nada. Sin embargo, porque en ese magma caótico llamado indigenismo abrevan personas dignas y malandrines de toda laya, es menester hacer un esfuerzo de aclaración dejándonos llevar, es decir, dialogando con algún autor del pasado o del presente preocupado por la realidad del indígena antes, en y después de la presencia de España en América. Un planteamiento tan general, lejos de resolver algo, nos sitúa ante el verdadero problema que el pensamiento, la filosofía de España o México, o la filosofía en cualquier parte del mundo, debe encarar sin reticencias: ¿qué es el indigenismo?
Esta pregunta es imposible de abordar sin exponer exponer algunas obviedades históricas y hechos compartidos por gente con sentido común. La política de la Corona de España en América respecto al indio pasó por diferentes etapas, pero todas ellas tuvieron un denominador común: su protección. España creó instituciones importantes para incorporarlos de modo rápido y eficaz a la civilización hispánica (encomienda, misiones, hospitales, colegios mixtos, universidades, etcétera). Si la defensa de los indigenas es la principal preocupación del indigenismo de hoy, entonces no me cabe la menor duda de que la Reina Isabel la Católica fue la primera indigenista de la historia moderna. Los Reyes Católicos dieron a Nicolás de Ovando, enviado para gobernar las primeras tierras descubiertas por Colón, unas instrucciones precisas y concretas donde se abordaba directamente el problema de la esclavitud. Dos notas sobresalen en esos mandatos reales: los indios jamás serían considerados como esclavos y, además, se propiciaba que los cristianos se casasen con las indias y al revés. La Monarquía católica española fue, pues, la primera institución indigenista de la humanidad. No podía ser de otro modo para una política cristiana: todos los hombres somos hermanos, porque tenemos el mismo padre, Dios…
Si por indigenismo se entiende el afán de "descubrir y relatar" el mundo de los indios de América, entonces los primeros grandes indigenistas en Nueva España, hoy México, fueron Hernán Cortes (Cartas de relación), seguido por Bernal Díaz del Castillo (Verdadera historia de la Nueva España), Francisco López de Gómara (Historia General de las Indias), Motolinia (Historia de los indios de la Nueva España, Carta a Carlos V contra Bartolomé de la Casas), la obra entera del franciscano Bernardino de Sahagún (Historia de las cosas de Nueva España) que aún hoy es determinante para conocer, saber y estudiar los presagios anteriores a la llegada de los españoles, etcétera, etcétera. Si por indigenismo entendemos liberar al indio del trabajo y sustituirlo, en las tareas más forzadas, por hombres de raza negra de origen africano, entonces el primer indigenista fue Bartolomé de las Casas, no sólo porque en su primera etapa en América fuera un esclavista, sino porque provocó (tuvo un efecto llamada, diríamos hoy) el negocio de esclavos de raza negra. Hizo compatible el indigenismo y el esclavismo. Si por indigenismo entendemos poner al indio al mismo nivel que cualquier otro hombre español de la época, entonces los grandes pensadores del Renacimiento español (Ginés de Sepúlveda, Francisco de Vitoria, Melchor Cano, Domingo de Soto y tantos otros autores españoles, vinculados a la Escuela de Salamanca), fueron indigenistas…
Porque nos provoca perplejidad la pluralidad de sentidos la noción de indigenismo, independientemente de la perspectiva (histórica o sistemática) que adoptemos para su estudio, es útil detenerse en las tesis de un filósofo mexicano, nacido en España, discípulo de José Gaos, desarrollada en un libro de 1950, titulado Los grandes momentos del indigenismo en México. Este libro marca un parte aguas en la filosofía de la historia de México. Por un lado, es una despedida radical de las tesis de la filosofía liberal de Vasconcelos y Reyes de un México "europeo", greco-romano y judío, o sea hispano, y, por otro lado, marca el inicio ideológico de una "desepañolización" total de la historia, presente y futuro de México. Este libro, sí, es una guía esencial para el indigenismo mexicano, especialmente para su corriente más radical que considera imposible entender la nación mexicana sin culpar de todos su males pasados, presentes y futuros a España. Villoro jamás hubiera estado de acuerdo con esa formulación brutal. Era un filósofo refinado, pero no cabe la menor duda que muchas de sus tesis se prestaban a esa interpretación, independientemente de que el el propio Villoro fuera en la última etapa de su vida el ideólogo más importante que tuviera el Subcomadante Marcos en Chiapas. En resolución, el libro de Villoro contiene muchas claves de las que se ha nutrido el putrefacto y populista nacionalismo mexicano que, a diferencia de los arrogantes y supremacistas de los grandes imperios, fue, es y será siempre victimista y xenófobo.
Sería fácil decir que la influencia de Gaos, el exiliado español del 39 en México, alimentó el nacionalismo de Villoro. No lo haré. Pero es obvio que esta obra capital de Villoro, dedicada a José Gaos, el filósofo español que formó a la flor y nata de la inteligencia mexicana, desde los años cuarenta hasta su muerte en 1968, es un paso obligado para entender el indigenismo mexicano. El indigenismo es definido por Villoro como el "conjunto de concepciones teóricas y de procesos concienciales que, a lo largo de las épocas, ha manifestado a lo indígena"(p.15). La investigación del indigenismo adoptará un tratamiento historiográfico que fija en tres grandes momentos o, mejor dicho, Villoro tipifica la concepción indigenista de cada momento en la "conciencia" de diversos personajes que van de Hernán Cortés y Fray Bernardino de Sahagún para el primero, pasando por Clavijero, Servando Teresa de Mier, Orozco y Berra, hasta el grupo de indigenistas contemporáneos como Manuel Gamio, y Miguel Othon de Mendizabal, que incluye las "conciencias" de Caso, Echanove Trujillo, Pérez Martínez, Toscano , Garibay y Yáñez. El existencialismo, cierto hegelianismo y el marxismo, cuyo estudio comenzó en esa época, constituyen el marco teórico del libro. La investigación, según declaración del propio Villoro, se muestra como un proceso dialéctico trifásico de recuperación del indígena: 1/ Desde la destrucción del mundo aborígen, su negación y rechazo: el indio cercano y negativo (tesis); 2/ al alejamiento temporal de su imagen, aceptación y revalorización histórica (hoy se diría política): el indio lejano y positivo (antítesis), para llegar finalmente a 3/ su relación histórica y actualidad social en una conjunción de ausencia (el indio prehispánico) y presencia (la población indígena contemporánea): el indio cercano y positivo (síntesis).
Este proceso de tres grandes momentos de lo indígena —el primero "lo indígena manifestado por la Providencia, el segundo manifestado por la Razón Universal y el tercero por la acción y el amor— nos marca los puntos indispensables para la recuperación de lo indígena que, a pesar de su aparente independencia, cada uno de esos momentos se levanta sobre el anterior y lo supone (págs. 235 y ss). La conclusión de Villoro es que "ninguna etapa de la conciencia indigenista está cerrada en sí misma... en cada una podemos encontrar elementos de las demás (…) en todas ellas aparecen las mismas categorías fundamentales para captar lo indigena (…), el ser indígena se revela ante todas con ciertas notas comunes", a saber:
- Lo indígena es una realidad revelada pero no revelante: "Hablamos del indio, lo medimos y juzgamos, pero no nos sentimos ni medidos, ni juzgados por él" (págs. 240-241).
- El indio se encuentra sometido, en su realidad misma, a un doble juego en el que los "otros" le otorgan y transforman su ser, "... juega en la historia sin saberlo". Una historia ajena, "de arriba".
- "Así fue como resultó enemigo del español a la luz de la providencia, aliado del criollo a la luz de la historia (y) del mestizo a la luz de la sociología".
- Lo indígena se presenta como contradicción: como una realidad en la que puedo reconocerme, sin que por ello deje de ser distinta de mí. Es nuestro pasado, nación, patria, tradición, héroes, sociedad, libertad... y al mismo tiempo la negación de todo ello.
- El indio, en fin, es "una realidad de doble fondo": lo que es y lo que queremos ser (o se nos hace ver que es); objetividad y subjetividad, realidad plena y realidad disfrazada.
Daniel Cazés, en 1966, hizo, según dice Villoro en la introducción a la segunda edición del libro, una lúcida crítica que acepta en lo fundamental el propio Villoro. A partir de esa crítica, Cazés añade un cuarto momento al indigenismo que, en mi opinión, es añadir ideología sobre ideología, ahora desde una supuesta "ciencia antropológica". En fin, este texto de Cazés es obligado releerlo para saber las bases ideológicas del actual indigenismo. Mientras llega esa ocasión, aquí les dejo una leve crítica de Cazés a su maestro Villoro que deja al descubierto algunos flancos débiles de la obra: "Villoro omite un hecho fundamental, manifestación en su momento de una filosofía determinada: la legislación indigenista del Real Consejo de Indias en la época colonial" (Historia y sociedad. Indigenismo en México: Pasado y Presente). En fin…