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Santiago Navajas

El plátano de los seis millones de dólares

La culpa, como no podía de otra manera, es de un filósofo. Del más oscuro, del más difícil, del menos leído pero más influyente. Un tal Georg Wilhelm Friedrich Hegel.

La culpa, como no podía de otra manera, es de un filósofo. Del más oscuro, del más difícil, del menos leído pero más influyente. Un tal Georg Wilhelm Friedrich Hegel.
El platano subastado por 6 millones de euros. | Archivo.

Hay un plátano que cuesta seis millones de dólares. Con este plátano pasa algo similar a lo que sucede con los tomates en el supermercado, que en la báscula están catalogados como verdura, aunque en el laboratorio de biología los etiquetan como fruta. Da igual que los catalogues como fruta o verdura para que los tomates cuesten lo que cuesten en el mercado. Pero un plátano tiene diferente precio si lo catalogas como fruta o como arte. En una frutería, un plátano cuesta menos de un euro, pero en la última subasta de arte se ha vendido un plátano por más de seis millones de dólares. A usted, estimado lector, esto le parecerá un síntoma de que nos hemos vuelto completamente locos, que la idiocracia es el sistema político que en realidad domina el mundo y/o que los marchantes de arte han conseguido emular a aquellos ingeniosos sastres que convencieron a un emperador de que tenían la tela más maravillosa para hacerle un traje, pero que resultaba ser invisible a los estúpidos. También habrá quien le eche la culpa a Yoko Ono. Pero en realidad la culpa, como no podía de otra manera, es de un filósofo. Del más oscuro, del más difícil, del menos leído pero más influyente. Un tal Georg Wilhelm Friedrich Hegel, el gran frutero filosófico.

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