Menú
Santiago Navajas

Contra el globalismo

Hay quien sospecha que hay una conjura humanitario-globalista cuyo profeta es George Soros y su dios, el Nuevo Orden Internacional.

Hay quien sospecha que hay una conjura humanitario-globalista cuyo profeta es George Soros y su dios, el Nuevo Orden Internacional.
El líder de Vox, Santiago Abascal. | EFE

Hay quien sospecha que hay una conjura humanitario-globalista cuyo profeta es George Soros y su dios, el Nuevo Orden Internacional. En el libro de Fernando Nolla El imperio burocrático tienen un interesante alegato a favor de su posición. Nolla, que se define como “liberal, conservador y reaccionario”, trabajó como funcionario español en Bruselas durante las negociaciones del Tratado de Mastrique, por lo que conoce las sutilezas escolásticas de la burocracia que domina nuestras vidas manteniéndonos dentro de una jaula de bienestar social. A través de un índice en el que se habla de “El imperio UE” (del que recomienda salir), las migraciones (a las que califica como avalancha), el asalto a la libertad de expresión (para censurar lo que no se adecúa a los dogmas políticamente correctos) y al derecho (para decretar el fin de la presunción de inocencia e imponer una legislación de clase y género), Nolla desemboca finalmente en un capítulo sobre el covid-19 y el papel que ha jugado la OMS en la propagación de la enfermedad, así como las políticas para combatir la “Gripe China” que están suponiendo tanta carga sanitaria y económica.

Del libro de Nolla podrán sacar partido los liberales cuando analiza la manera en la que se están desmontando paulatinamente derechos como el de la libertad de expresión utilizando tretas como la instauración de los delitos de odio para tratar de callar la boca a cualquiera que denuncie las tropelías de grupos más o menos minoritarios y victimizados. También los reaccionarios, en este caso aquellos, pocos en España, que abogan por salir de la Unión Europea, para Nolla irremediablemente estatista, intervencionista y “humanitaria” en el peor sentido de la expresión, es decir, aquel humanitarismo que no es sino una tapadera para un incremento cada vez mayor de la intervención estatal, el paternalismo político y la condescendencia moral.

En la visión de Nolla, tanto la UE como la cosmovisión que se transmite en Davos es que el mundo trata de gobernarlo una élite ideológica que se cree heredera de los filósofos-reyes de Platón y en la que confluyen el poder financiero de Wall Street, el tecnológico de Silicon Valley, los grandes aparatos burocráticos-estatales dominados por el centro político en Occidente y Xi Jinping.

El sistema es una idea, un proyecto, y un proyecto revolucionario para más señas; el sistema es un cambio sustancial en la teoría y la práctica políticas, una gran novedad en la historia, que basa su poder no en la conquista de las armas, sino en la persuasión de las élites, en la creación de estructuras y dinámicas de poder burocrático autoexpansivas, y en absorber la fuerza y la legitimidad de las instituciones políticas preexistentes.

En este sentido, el libro de Nolla es una referencia para comprender cómo es posible que el Reino Unido se haya salido de la UE, más allá de las habituales críticas a la xenofobia y la manipulación de los trabajadores británicos que se suelen repetir en los medios españoles, al fin y al cabo poseídos por ese espíritu burocrático, globalista y humanitario que el autor denuncia.

También es relevante el libro de Nolla para tener en cuenta el ascenso de un partido político como Vox, que se identifica, como hace el ensayista, a veces como liberal, a veces como conservador y en otras como reaccionario. Sin duda son caracterizaciones contradictorias que más tarde o más temprano han de romperse pero que, como estamos viendo en el caso español (y otros, como el polaco, con el partido Ley y Orden, y el húngaro, con Orbán), son significativos de una época en la que la indefinición borrosa de partidos como el PP (la forma en la que el globalismo-humanitario socialista se ha introducido en la derecha, diría Nolla) no son capaces de afrontar el conflicto entre lo viejo que no acaba de desaparecer y lo nuevo que no termina de emerger. En ese sentido, Santiago Abascal ha hecho unas declaraciones contra la Unión Europea que están en el espíritu de lo defendido por Fernando Nolla: "Un megaestado federal que se parece demasiado a la República Popular China, a la Unión Soviética o a la Europa soñada por Hitler". Aunque el líder de Vox no defendió la salida de la UE, como plantea Nolla, sino refundación. Aunque seguramente sean dos maneras diferentes de defender lo mismo.


Fernando Nolla. El imperio burocrático. Un estudio sobre el europeísmo real. Bolchiro, Madrid, 2020.

Temas

0
comentarios