Menú
Pedro de Tena

El carajo, el cohete y la estrella (roja) contra los ricos o notas para una Memagogia

¿Qué es una Memagogia? Una degeneración de la demagogia –una forma de la demagogia barata—, que raya en la memez.

¿Qué es una Memagogia? Una degeneración de la demagogia –una forma de la demagogia barata—, que raya en la memez.
La líder de Sumar, Yolanda Díaz. | EFE

¿Qué es una Memagogia? Una degeneración de la demagogia –una forma de la demagogia barata—, que raya en la memez. A su vez, la demagogia es una degeneración de la democracia gracias al proceso de "alcoholización" emocional, por ideológica, simplista y deformadora, de la gente, que diría Ortega, pero no se olvide que hay vino peleón y vinos exquisitos. La demagogia es mucho más antigua que nuestras modernas democracias y fue esbozada conceptualmente, es sabido, por Aristóteles. Hoy en España se han superado, a la baja, todas las expectativas.

La demagogia siempre ha sido y es considerada uno de los peligros latentes de la democracia de poderes equilibrados por lo que tiene de destreza para manipular los sentimientos e impulsos primarios de una sociedad mediante deformaciones y ocultación de los hechos engarzadas en falacias contumaces. ¿Con qué fin? Con el fin de obtener un poder sin límites ni control, esto es, la tiranía, el despotismo, la dictadura, ejercida siempre, cómo no, en nombre del mismo pueblo al que se somete y se reduce a la condición de masa amorfa sin individualidad ni libertad.

Pero hasta para acceder al grado de demagogo hay que tener cierto conocimiento básico, alguna instrucción elemental, una cultura general e incluso, según el caso, detalles de formación técnica. Para que la demagogia tenga efecto, debe exhibir una racionalidad aparente que, cuando menos, siembre la duda entre sus destinatarios y favorezca su aceptación. Cuando eso no sucede, el aspirante al tan osado título político hace sencillamente el ridículo ante los públicos que quiere engatusar. El buen demagogo, pese a su toxicidad política, excita la pasión y el apoyo popular y el malo provoca la hilaridad y el cachondeo porque se le ve el plumero a leguas.

Yolanda Díaz, comunista de toda la vida, parece experta en maniobras orquestales en la oscuridad hasta el punto de que el nacionalista José Manuel Beirás afirmó de ella que era la primera persona que lo traicionó, algo que ha repetido una y otra vez. Tan peligrosa debe ser entre bambalinas que, hasta la cúpula de Podemos, Pablo Iglesias e Irene Montero, han sufrido en sus carnes la herida fatídica del puñal que la gallega obtuvo de ellos mismos. El propio Pedro Sánchez no debe tenerlas todas consigo cuando la quiere cerca como se tiene a los enemigos peligrosos.

Pero una cosa es la aptitud para la maquinación y la deslealtad y otra bien distinta su cualificación demagógica, maña que debe verificarse, mientras la democracia española la admita, ante todos los espectadores y no sólo ante los devotos. Es precisamente en el púlpito moderno, el de las redes sociales, el de los medios de comunicación y el de los aficionados a o versados en política, donde Yolanda Díaz ha demostrado reiteradas veces unas carencias tales de habilidad, oratoria y solvencia intelectual que ha desatado risas, cuando no carcajadas, por los memes[i]a los que han dado lugar.

Era difícil rizar el rizo, superar su propio récord de extravagancias, vacíos y usos disparatados del español en frases "memerables", pero lo ha conseguido. Antes de explicar cómo y con qué, señalemos algunos de sus "éxitos anteriores" sin abundar en ellos. El más recordado por todos porque era ministra de Trabajo y porque la pandemia acojonaba a la nación, fue el del ERTE en abril de 2020.

"Los ERTEs no son parados, los ERTEs los hemos hecho para no destruir empleo". Recuerden que, oficialmente, un ERTE es un Expediente de Regulación Temporal de Empleo, o sea, un despido temporal pactado. Y añadió que "los ERTEs no son paro, piensen que computan, están de alta, ¿de acuerdo? Por tanto, no están en el paro". Y siguió con que los ERTEs "dos cientos treinta... trescientos... dos millones, perdón, 331.000 personas, que, a día de hoy, les hemos reconocido su prestación pública por desempleo". Coronó: "Yo sé qué esto tiene, requiere mucha, tiene mucha dificultad. Yo creo que en este país los niños y las niñas a partir de ahora ya van a saber lo que son los ERTEs". Dicen que la risa del ministro Escrivá era parecida a la del perro Pulgoso.

Desde entonces hasta ahora, de antes ni hablamos, la vicepresidenta de Pedro Sánchez, ministra, liquidadora de Podemos y líder a traición de Sumar (restando) ha dejado constancia de perlas conmemerativas. Desde su "reconocemos en él (Hugo Chávez) al más digno libertador. Chávez ha retomado el sueño de la unidad de los pueblos de América" a su "Autoridades, autoridadas…" o "débiles y débilas" (imitando a la genérica original, Irene Montero) hasta "me van a encontrar siempre con un país a favor… que es (fundamental en la vida pública), que para la gente sea más fácil para las personas en nuestro país". Exactamente dicho así.

La rizadura del rizo ha llegado hace pocos días cuando la "rising star" (estrella ascendente y, por extensión, persona que probablemente tendrá éxito, según el Diccionario avanzado y comprehensivo de Cambridge) se ha referido al carajo, al cohete hacia un metaverso y a los riquísimos. Textualmente esto es lo dicho:

Las élites tecnológicas, ¿no? Y es curioso cómo nos señalan que son conscientes, esas personas inmensamente ricas, son conscientes, y cito palabras literales, que nos vamos al carajo y, como nos vamos al carajo, ellos y ellas lo que están haciendo es diseñar un plan B. Y el plan B tiene que ser, para ellos y para ellas, muy restringido y pequeño pero fundamentalmente basado en huir del mundo para protegerse ellos y ellas solas. Es el mundo de los cohetes para escapar de la tierra, es el mundo del metaverso –hablábamos ahora con los coordinadores y las coordinadoras del metaverso—, o es también el mundo de sus mansiones fortaleza, por ejemplo, en Nueva Zelanda.

Me parece adecuado hacer una serie de consideraciones sobre algunas de las palabras empleadas por la ya, desde luego, eternamente Yolanda. Por ejemplo, carajo, que no encuentro en las obras publicadas del autor de referencia de sus guionistas, Douglas Rushkoff. Aunque se use preferentemente, al menos desde el Cancionero de Baena[ii], como sinónimo de pene, picha, pilila o minga, entre otros bastantes, el carajo, en tanto que lugar imaginario al que ir o al que te mandan o al que te vas o te van, parece algo desagradable, pero nunca sinónimo de extinción.

Semeja más un lugar de castigo, un penal, que un bomb-bang o un fin del mundo. Tal vez haya tenido que ver, aunque no esté muy clara la manera, con esa especie de canastilla o cofa situada encima del palo mayor de un barco grande de vela a donde se mandaba a los vigías y, como correctivo, a los marineros díscolos, amotinados o revoltosos. De ahí "carajo de la vela". O sea, que irse al carajo no es desaparecer para siempre o esfumarse catastróficamente.

Segundo, el cohete y la estrella (roja). Curiosamente, otro comunista, católico según él aunque se mantuvo impasible ante el asesinato de miles de religiosos y creyentes de a pie desde 1931 a 1939, José Bergamín, publicó en 1923 su primer libro de aforismos y lo tituló, qué casualidad, El cohete y la estrella. Puede considerarse a nuestra "estrella" (roja) y ascendente como un cohete excretor de aforismos, de calidad discutible, pero aforismos para memeristas. Incluso podrían iluminarla algunos de los "cohetes" comprimidos elaborados por su correligionario como "el hombre procede de la naturaleza; la mujer es todavía naturaleza"; "la mujer no sobra en la iglesia, porque forma parte del culto"; "una mujer que no se hace esclava de un hombre solamente, lo es de todos" o "la castidad es lo viril; la lujuria, lo afeminado."[iii]

Lamentablemente, además de lo de Bergamín y su infierno particular, Yolanda Díaz se ha referido a un cohete, no de feria, sino al vehículo espacial que, según ella, forma parte del plan B de los "inmensamente ricos" para eludir el carajazo armagedónico apocalíptico que se va a pegar el planeta Tierra y salvarse en un ¿metaverso?. El metaverso, según el autor original del término[iv], está aquí, con nosotros, aunque sea virtual o hipervirtual. O sea, que si el Planeta Tierra real se va al carajo, el metaverso, que es real sólo en tanto que virtual, se va también.

Otra cosa es que la idea del metaverso haya espoleado a algunos progremillonarios para desarrollar negocios espaciales con el fin de ganar más dinero aún en este planeta, no en otros no virtuales. Por ejemplo, Jim Bezos o Elon Musk. Incluso Microsoft, el magnate de Facebook, Mark Zuckerberg, y también los desarrolladores de Google Earth, dicen haber sido inspirados por ella. Pero Yolanda Díaz parece no haber leído lo que dijo a The New York Times el introductor original del "metaverso": "... puedo estar todo el día hablando de lo equivocado que estaba". Fue hace años, en 2011.

En realidad, el mensaje aterrador neo-marxo-malthusiano[v] y catastrofista de la rising star del socialcomunismo patrio (que esconde que, en el metaverso, las nacioncitas como las que apoya en España tienen un futuro real incierto, controladas y manipuladas por los gigantes tecnológicos y económicos), tiene mucho más que ver con un carísimo gurú estadounidense de estas cosas, Douglas Rushkoff. Este visionario había contado el meollo de la historia del cohete de los ricos y el metaverso hace años, y lo recogió El Mundo el año pasado. Es de suponer que los asesores de la estrella roja del cohete se han inspirado, al menos, inicialmente, en esta información.

En dicho periódico, y en otros más, se expuso lo que había relatado Rushkoff sobre un viaje en limusina a un lugar desierto para reunirse con cinco superricos. Pero como lo ha narrado él mismo en un artículo del 1 de agosto de 2018, nos remitimos a su testimonio. Se llamó La supervivencia de los más ricos y cómo traman abandonar el barco, ahora ya reproducido en muchas partes e incluido y ampliado en un libro del propio Rushkoff titulado Survival of the richest escape fantasies of the Tech Billionaires (2022), recién publicado en español.

¿Y qué reveló Rushkoff hace un lustro? Pues que cinco individuos varones inmensamente ricos a los que calificó de hedge funders o tech billionaires y cuyo nombre no desveló, estaban más interesados, según él, en su propia supervivencia sin que les importara un comino la existencia futura de los demás terrícolas. Dice Ruskoff, experto asimismo, al parecer, en voluntades ajenas, que estos caballeros tenían "la intención de trascender la condición humana y protegerse del peligro real y presente del cambio climático, el aumento de los niveles del mar, los grandes flujos migratorios, las pandemias globales, el pánico nacionalista o el agotamiento de los recursos que con la construcción de un mundo mejor. Para ellos, el futuro de la tecnología en realidad consiste en una cosa: la capacidad de huida".

Añadió condicionalmente: "Y, si algunos pocos logran escapar a velocidad de vértigo y sobrevivir de alguna forma en una burbuja en Marte –a pesar de nuestra incapacidad para lograr generar una burbuja similar aquí en la Tierra, tal y como se demostró en las dos pruebas de la biosfera, que costaron miles de millones— será más bien porque la élite se ha provisto de un bote salvavidas, pero no garantizará a la diáspora humana una oportunidad de supervivencia". No hay más precisiones.

Luego, Rushkoff saca su vena neo-progre-colectivista y dice: "Pero el desarrollo a toda velocidad del capitalismo digital tiene un impacto devastador sobre el medioambiente y la población más pobre a escala global", sin aportar prueba consolidada alguna ni sobre un asunto ni sobre el otro. Y apuntilla: "el ser humano verdaderamente evolucionado no opta por una salida individual. La condición humana no tiene que ver con la supervivencia o escapatoria individual. Es un deporte de equipo. Cualquiera que sea el futuro que aguarda a la humanidad, nos afectará a todos".

O sea, el liberalismo y la democracia, deduzco, son propios de especímenes pitecolíticos mucho menos progresistas que el homo sovieticus y sus descendientes actuales, como los civilizados, cultos y pacíficos Yolanda, Otegui, Ternera, Junqueras, Maduro, Petro, Putin, Xi Jinping o el compasivo norcoreano Kim Jong-un, entre otros.

Esto es, que ¡Viva la Agenda 2030-2050! (sólo para occidentales) y otras agendas decididas a eliminar la libertad de las personas y las molestas naciones-Estados históricas (mientras se impulsan las nacioncitas manejables). Y, ya en harina, cualquier otra agenda propuesta por los mismos "inmensamente ricos" de los que se afirma que quieren najarse, en caló, de las duquelas terrenales. Nada se objeta, empero, cuando estos magnates contratan a estos gurúes y les pagan nadie sabe cuánto ni para qué por acojonar al respetable.

O sea, Yolanda Díaz (no parece creíble que su reciente intervención exoplanetaria sea fruto de lecturas propias) tiene asesores poco al día –han tardado cinco años en percatarse de lo que se desveló el 1 de agosto de 2018—, pero además plagia, como su jefe "cum fraude doctoral", sin citar al autor original de lo que ella pretende hacer aparecer como de su coleto. Tampoco, como es costumbre, aporta pruebas fehacientes de que hay una conspiración de ricos para eludir el destino desvanecedor de los "pobres" del mundo.

Si además, tenemos en cuenta que eso de los "inmensamente ricos" no es un concepto razonable salvo si lo ponemos en comparación con otras clases de personas, es imposible saber lo que ha dicho nuestra vicepresidenta en funciones. Verán, podemos hacer una clasificación doméstica para entendernos. Los habitantes prósperos del planeta, comparados unos con otros, pueden ser llamados riquitos, ricotes, ricohombres o ricahembras, ricodueños o ricadueñas, ricos, ricachos, ricachones, riquísimos, inmensamente ricos, infinitamente ricos e, incluso, universalmente ricos.

No sabemos lo que ha dicho y seguramente ella tampoco. Pero sí sabemos lo que ha querido transmitirnos: hay un grupo de hijos de la gran puta (los inmensamente ricos entre los que ella no se siente incluida) en el mundo (hemos contado sólo cinco declarados) que saben que el planeta Tierra se va al carajo por razones no expresas y que, dada la inminencia del desastre, están desarrollando el plan B de salvarse a sí mismos cohete en ristre dejando al resto de la humanidad condenada al anonadamiento de la especie sin compasión alguna. Sólo si abrazamos el comunismo y su dictadura, extrañamente ligados hoy a los inmensamente ricos como Gates, Soros y cía, la hecatombe será evitada.

Por si fuera poco, ya que el metaverso acabaría realmente y del todo con el fin de la humanidad en la tierra, la pregunta que se hacía el otro día Federico Jiménez Losantos es pertinente. ¿A qué lugar del sistema solar o del espacio iría este grupo de inmensamente ricos para salvarse? ¿Cuál será el planeta de destino de Ana Botín? ¿Y el de Pepe Bono o es que este no es tan inmensamente rico? Propongo comisiones sucesivas de investigación en el Congreso de los Diputados, en el Parlamento Europeo y en la ONU para la localización de las "burbujas de supervivencia humana" ya existentes o por existir en otros planetas o exoplanetas que quieran excluirnos de la salvación. Acabáramos.

Bromas aparte, como en otras ocasiones anteriores, Yolanda Díaz ha puesto las bases para una nueva práctica política que es la Memagogia, el ejercicio de propaganda degenerativa propio de las demagogias pero que, a diferencia de ellas, raya en la bobería, cualidad del memo o de la mema, fácilmente contagiable de un cerebro a otro mediante su mutación en memes. Por ejemplo, la "estrella roja", el cohete al metaverso, la excursión al carajo y los cabrones inmensamente ricos ya son manantial inagotable de conexiones neuronales. Ya verán lo pronto que lucirán en las memotecas.

Vaya. Creía que había terminado cuando he reparado en que esto del espacio y el planeta está bien presente también en el neosocialismo anómalo que empezó con Zapatero. Recuerden aquello de que "la Tierra no pertenece a nadie, sino al Viento" unido a la pieza de memoteca de la ex ministra –parece increíble, pero lo fue—, Leyre Pajín, que apreció como hecho histórico para el planeta Tierra la reunión de Barack Obama con su jefe en 2009. Alfonso Guerra recordó por aquellos años que Bono, ya azapaterado, se había referido a un "proyecto de socialismo cósmico" (no cómico), poco guerrista por cierto.

Nada nuevo, porque el salto de lo Internacional a lo Universal ya se dio antes. El socialista y biógrafo de Julián Besteiro, Andrés Saborit, usó la expresión "socialismo universal", la misma, por cierto, que usaba el socialista francés Jean Jaurés. Incluso uno de los implicados en las matanzas de Paracuellos, Segundo Serrano Poncela, se refiere al golpe de estado anarco- social-comunista-separatista de 1934 contra la II República[vi] como "un ejemplo imperecedero para el socialismo universal". Qué afición sideral. Qué memagogia.


[i] "Si los memes de los cerebros son análogos a los genes, deben ser estructuras cerebrales

autorreplicadoras, patrones reales de conexión neuronal que se reconstruyen a sí mismos en un cerebro después de otro", explicaba Richard Dawkins, el inventor del término. Esto es, los memes se contagian de un cerebro a otro y uno de ingredientes habituales de su éxito es la memez, el escándalo o la claridad que revelan. Puede consultarse la nota 57 de su libro El gen egoísta.

[ii] Camilo José Cela, gallego por cierto, dedicó a "carajo" muchas páginas de su Diccionario secreto en una serie, reconociendo su etimología incierta.

[iii] Unamuno, que se leyó el libro, dijo que "sólo el que siente apasionadamente el terror de la botaratería conoce al botarate v sabe su terribilidad."

[iv] "El término metaverso "fue acuñado por Neal Stephenson en su novela de 1992 Snow Crash. A pesar de su influencia, el libro de Stephenson no ofrecía una definición específica del metaverso, sino

que describía un mundo virtual persistente que alcanzaba y afectaba a casi todos los aspectos de la existencia humana, con los que interactuaba" (en Matthew Ball, El metaverso). Esto es, podrá ser "otro mundo" pero estará en éste y, si éste se va al carajo, también se irá el metaverso. O sea no hay escape por ahí. Y por cierto, en la novela original, no queda claro que el metaverso mejore la vida real, ni siquiera la de los riquísimos.

[v] Marx desacreditó el pesimismo malthusiano hace más de 150 años pero ahora revive gracias a los neocomunistas.

[vi] Suprimido de los "manuales" de memoria democrática. "Cuando Serrano Poncela comenzó a dirigir la Delegación de Orden Público en las primeras horas de la mañana del 7 de noviembre, pudo utilizar las órdenes para la evacuación de los prisioneros dejadas por el anterior director general de Seguridad, Miguel Muñoz, antes de abandonar Madrid", relata el mismísimo Paul Preston en El holocausto español. Pero, en realidad, Miguel Muñoz era Manuel Muñoz Martínez, masón y republicano afín a Manuel Azaña. Era, por cierto, compañero sentimental de Araceli Zambrano, hermana de María. El 7 de noviembre de 1936 comenzaron las sacas de presos de diferentes cárceles de Madrid con destino a Paracuellos del Jarama donde fueron fusilados en masa.

Temas

0
comentarios