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Enrique Navarro

Nada ocurre por azar

España ha sido víctima durante ciento cincuenta años de un ataque despiadado del terrorismo para doblegar nuestra voluntad hacia una sociedad avanzada, libre y europea.

España ha sido víctima durante ciento cincuenta años de un ataque despiadado del terrorismo para doblegar nuestra voluntad hacia una sociedad avanzada, libre y europea.
Vladimir Putin. | EFE

El principal objetivo durante la transición española fue acabar con el mito del eslogan Spain is different. No queríamos ser diferentes, ni los bichos raros de Europa, queríamos ser como los franceses o italianos, demócratas, con derechos, con películas eróticas y libres. En definitiva: ciudadanos europeos.

Ante la incapacidad histórica demostrada para transitar por este camino con nuestros propios recursos, el paraguas internacional, la certificación de calidad democrática otorgada por las naciones libres nos aseguraría que no nos desviaríamos del camino tan ansiado por una inmensa mayoría, y por eso es tan crítico nuestro posicionamiento internacional.

Ante este empuje colectivo, entramos por voluntad popular en la OTAN, e incluso un español, socialista, fue su Secretario General, algo impensable hoy en día. Tuvimos vicepresidentes de la Comisión Europea de gran peso como Loyola de Palacio, Joaquín Almunia y ahora Josep Borrell. Años después incluso hicimos una transición pacífica a un gobierno de centro derecha, a los que una buena parte de la izquierda asociaba, todavía hoy, con el franquismo. En todos estos años de vértigo participamos en misiones militares como el Golfo, Bosnia o Kosovo, y nos mantuvimos codo con codo con nuestros aliados que nos respetaban y nos trataban de igual a igual.

Lo dejo aquí para retroceder al 21 de febrero de 1848, Londres. Dos alemanes publican el Manifiesto comunista: su conclusión es derrocar a todos los gobiernos burgueses europeos nacidos de la Revolución Francesa recurriendo a todos los medios necesarios, incluida la violencia, para destruir el sistema democrático burgués de la época e instaurar una dictadura del proletariado.

Entre 1848 y 1917, el terrorismo violento tuvo un alcance anarquista ante la inexistencia de estados que lo apoyasen, con unos resultados terribles. España, por sus profundas debilidades y desavenencias internas se convirtió en el objetivo más asequible en la estrategia desestabilizadora de las democracias liberales. Reyes y primeros ministros fueron asesinados entre ellos el Zar Alejandro II, dos jefes de gobierno en España la emperatriz Isabel de Austria y el rey Humberto I de Italia y los presidentes de Francia y Estados Unidos. Las sucesivas investigaciones descubrieron las ramificaciones internacionales de todos estos atentados que marcaron el camino hacia la Revolución rusa, los fascismos y el mundo actual. España lo sufrió descarnadamente, atentados contra el rey, contra primeros ministros, o actos terroristas como la bomba del Liceo el siete de noviembre de 1893 que mató a veinte personas. Miles de personas fueron víctimas del terrorismo anarquista en aquellos años.

Años después, otro comunista, este ruso, León Trotski, llamó a la creación de los Estados Unidos Socialistas de Europa, que también serían impuestos, como indicaban el texto fundacional comunista, con la violencia. Así se entiende su intromisión en los años veinte y treinta en muchos países europeos, España fue uno de ellos.

En 1945, La Unión Soviética se anexiona media Europa y se prepara para abalanzarse sobre la otra mitad. Hoy, después de las lecciones de Ucrania, sabemos que nunca tuvieron capacidad para derrotarnos en un frente de batalla amplio, pero siempre supieron de nuestras vulnerabilidades y sabían que solo necesitaban introducir cuñas para hacer saltar a todos y cada uno de los países.

En 1999, Vladimir Putin alcanza la presidencia de Rusia bajo la influencia ideológica de Vladimir Ilyin, un nacionalista defensor de los regímenes autoritarios de izquierda y derecha, con un objetivo mencionado en diversas apariciones públicas, una gran Euro-Asia desde Vladivostok a Lisboa, que englobe al mar Mediterráneo. El nacionalismo religioso de Putin ya no tiene como enemigo al terrorismo islamista, aquel que algún día algunos soñaron que derrotaría al comunismo, y por tanto no es difícil encontrar coincidencias e intereses comunes, evidentes en la alianza entre Teherán y Moscú, todos los enemigos de Occidente juntos contra un mundo que se acaba.

Creada la URSS, los terroristas de medio mundo ya tenían a su sponsor, a su financiador, entrenador y estratega, no faltarían voluntarios dispuestos a matar por la noble causa del comunismo, que adoptó las caretas necesarias en cada caso: nacionalista, panárabe, internacionalista, para impulsar una estrategia global: derrotar a Occidente mediante el terror.

La creación del Pacto de Varsovia por la URSS y su decisivo papel en el proceso descolonizador promoviendo grupos terroristas y guerrilleros con el único objetivo de atraer a estas nuevas naciones a su órbita de influencia, constituye sin duda un logro fundamental en su expansión política entre los países no alineados, enemigos de Occidente.

Los servicios de inteligencia soviéticos organizaron en los años sesenta la Internacional terrorista denominada Organización Comunista Combatiente, haciendo creer a muchos que actuaban por propia iniciativa desconociendo las conexiones. La operativa no requería actuar directamente, solo necesitaron encontrar a los países y organizaciones más cercanas y controlables que harían el trabajo sucio con sus colegas europeos, y aquí hay que destacar a la Organización terrorista de Arafat.

Pronto Yemen, Líbano, Libia y los palestinos, especialmente estos últimos, se convirtieron en el eje fundamental de esta Spectra del crimen, entregaron armas y dinero a ETA, Fracción del Ejército Rojo, Brigadas Rojas, IRA, Acción Directa, todos los grupos terroristas europeos estaban dirigidos por Moscú con el único objetivo de dinamitar nuestros sistemas políticos ante la incapacidad del comunismo europeo que se había adaptado al mundo democrático occidental, ¡qué lejos queda todo aquello!

Años antes, finalizando la Segunda Guerra Mundial, la URSS planteó una renovada estrategia para derrotar a los países más débiles de Europa, los que por su retraso económico, y sus problemas políticos, eran más asequibles. La guerra civil en Grecia, el asalto al poder en la Italia y Francia de posguerra y a España en 1936 y a Portugal en 1975 son los ejemplos más evidentes. Todos estos intentos fracasaron por la decidida actitud occidental o por los fascismos de la época, pero claro, eran otros tiempos.

Con la llegada de la democracia a España, ETA se convirtió en el brazo armado más operativo y con mayor anclaje ideológico: el nacionalismo vasco. Moscú supo cómo dotar a los terroristas vascos de un espíritu comunista nacionalista que tanto resultado le había dado en África y Extremo Oriente. Puede decirse con la perspectiva histórica y a la vista de lo que ocurre hoy, que ha sido la primera organización terrorista victoriosa en Europa, ya que el IRA tuvo que doblegarse a un acuerdo de paz que desde entonces ha buscado como debilitar.

Pero no solo fueron ETA y el GRAPO los monopolistas del terrorismo en España. El terrorismo yihadista comenzó su andadura en Europa en nuestro país, nació en España en 1985 con el atentado en el restaurante El Descanso dirigido por el promotor del terrorismo yihadista que hemos conocido en los últimos treinta años, Mustafá Setmarian, que llegó a adquirir la nacionalidad española y que estuvo detrás de los atentados del 11 de Septiembre, 14 de Marzo en Madrid y del 7 de Julio de 2005 en el metro de Londres. Si su primera obra inspiró a Bin Laden, la segunda es la biblia de la actuación de los lobos solitarios. En definitiva, España ha sido víctima durante ciento cincuenta años de un ataque despiadado del terrorismo para doblegar nuestra voluntad hacia una sociedad avanzada, libre y europea. Por esta razón no podemos pasar por alto todos los acontecimientos que han favorecido este alejamiento occidental y de sus valores en nuestro país.

No olvidemos que España fue la base de lanzamiento del terrorismo yihadista desde la célula Abu Dahdah creada por el propio Setmarian y Dahda, un hispano sirio. Recordemos que Mohamed Atta en enero de 2001 vino a Madrid a aprender a pilotar un avión y que estuvo días antes del 11 de Septiembre en Salou ultimando el atentado con otro pieza, Amer Azizi, nacido en Casablanca, afincado en España y responsable de los atentados del 11-M.

La entrada en la OTAN y en la Unión Europa, y el liderazgo de Su Majestad en un momento de confirmación occidental y en sus valores, fueron determinantes del éxito de la Transición. También nos beneficiamos que desde el Vaticano, Londres, Bonn y Washington, detuvieron el ataque constante comunista y radical y provocaron el fin de la URSS. Pero el ansia imperialista permanecía impertérrita en Moscú, solo se necesitaba de un catalizador, de un nuevo Lenin, y en 1999 Putin llegó al poder.

España se abocaba con el gobierno de Aznar a su integración plena en Occidente con su alianza con las grandes potencias anglosajonas y Portugal, este era un hecho inaceptable dentro de la política de Moscú y de todas sus ramificaciones creadas a lo largo de décadas. Demasiados enemigos se habían conjurado contra esta España y solo hacía falta encontrar el camino. Diversas circunstancias sin conexión entre ellas fueron abonando la hoja de ruta, atentados de Casablanca, Perejil, elección de Zapatero como secretario general, los atentados del 11-M y de pronto pasamos de pelear al lado de las barras y estrellas a no levantarnos a su paso mientras doblábamos el testuz ante la Senyera.

Pero esta izquierda tradicional y pro-occidental no servía a los intereses destructivos de nuestros enemigos. Un joven activista modelado en los revolucionarios de América Latina podría llegar donde los moderados socialistas del Congreso de la época no se atrevían todavía. Estos grupos de la nueva extrema izquierda recibieron todo el soporte necesario para convertirse en el elemento dinamitador de la izquierda socialdemócrata española. Por cierto, prueba superada.

Todo lo que ha pasado desde entonces no se puede entender sin este largo camino, producto de una estrategia que explica incluso los acontecimientos de 2017 en Cataluña. El proceso de desestabilización del gobierno de Rajoy pasaba por la Independencia de Cataluña y el conflicto entre el gobierno catalán y el resto del estado que, azuzado desde cancillerías enemigas y no desde La Moncloa, generaría una división interna sin precedentes desde 1975. Así se explican los numerosos contactos entre Rusia y los independentistas. Todo forma parte de una estrategia para buscar la involución en España que la aleje de Occidente y nos ponga en la senda de ser los mejores amigos de palestinos, turcos, dictaduras de América Latina y un elenco que asusta en Europa y Washington. Ha sido una larga carrera llena de obstáculos pero por fin ven la luz. Una España debilitada, fuera del marco europeo y occidental es un triunfo demasiado importante. Con Argelia, el Frente Polisario, Libia, y España neutralizada, solo queda un elemento en la débil cadena de control de la puerta trasera de Europa, Marruecos, y pronto nuestros enemigos instigarán el conflicto con nuestro vecino del sur, que será azuzado a ambos extremos del espectro político.

Es importante que entendamos la dimensión de la amenaza y la estrategia que hay detrás. Hay una clara intervención extranjera en los designios de España, una victoria de la involución, disfrazada de buenas palabras y de buenos designios. Ya no hacen falta involuciones ni barricadas, basta con el poder de los reglamentos y un aparato mediático arruinado, para torcer los designios del Estado de derecho. No tengo ninguna duda de que el presidente del gobierno, al que se le pueden reprochar muchas cosas, es un occidentalista convencido y debe distinguir muy bien el grano de la paja entre los socios de esta aventura a ninguna parte, para no ser cómplice de una deriva muy peligrosa para nuestro país.

El patrón se ha repetido en América Latina y en el Magreb, aprovechándose de las debilidades de cada país. Van como la marabunta ocupando el mapamundi. Frente a ellos, un Occidente amenazado y atenazado, no olvidemos que el gran objetivo de Putin sigue siendo Estados Unidos y acabar con su sistema político. Aliados importantes al interior no le faltan. La intervención en las democracias europeas promoviendo la división interna está dando sus frutos ya que han coaligado en este objetivo a una extrema izquierda contraria a la guerra contra Putin con una derecha populista que se posiciona contra la Europa de las libertades, por traicionar valores tradicionales que son defendidos de forma intensa en Moscú.

En definitiva, un mundo dirigido por una casta política, gobernando de forma autoritaria, eliminando a la oposición, controlando los medios económicos, esparciendo la corrupción de forma generalizada y consiguiendo el ansiado deseo que nació en Londres en 1848: establecer una dictadura que aniquile todo lo que representa la Ilustración, lo que fueron antes Roma y Grecia y ha sido el modelo occidental, acabar con la cultura, con las artes, con la libertad, con la palabra, con la idea, para ponerlo todo al servicio del estado omnipotente gobernado por resentidos y profetas.

Al final, después de casi sesenta años, España todavía es diferente, pero no lo será por mucho tiempo. Los del norte y el otro lado del Atlántico irán cayendo también, ya tienen bien arraigada en sus territorios la semilla de su autodestrucción.

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