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Pedro de Tena

La faena apoteósica de José Luis Ábalos, el hijo de "Carbonerito"

Ábalos tiene en sus manos la oportunidad de hacer esa faena extraordinaria, que muchos desean aunque no esperan, si realmente tiene pruebas de todo lo que sabe.

Ábalos tiene en sus manos la oportunidad de hacer esa faena extraordinaria, que muchos desean aunque no esperan, si realmente tiene pruebas de todo lo que sabe.
José Luis Ábalos. | Europa Press

Aclaremos enseguida que no, que Ábalos hijo no es torero. Aunque su padre fue don Heliodoro Ábalos, el "torero rojo", nacido en Carboneras de Guadazaón (Cuenca), José Luis, el exministro, ex secretario de Organización del PSOE y ahora exdiputado, aunque sólo del Grupo Parlamentario Socialista, no heredó su afición de novillero de provincias que vio truncada su carrera por la Guerra Civil.

No sintió la llamada de los ruedos, pero sabe de toros y se le ha visto en la barrera de alguna de nuestras plazas importantes. Eso sí, en faenas políticas, que es el terreno donde ve venir mejor al toro, sí que es un maestro. Precisamente en estos días está enfrascado en la mayor faena de su vida, por pasiva y por activa.

Por pasiva, porque le han hecho una faena. En 2021, cuando le arrancaron la coleta en el gobierno y en el PSOE y ahora, cuando parece que lo quieren apuntillar sin anestesia ante la vista de todo el respetable y el no tan respetable. Como saben, faena, además de su significado taurino, tiene otro que expresa la acción por la cual alguien perjudica a otro. Si justamente o no, es harina de otro costal. A él se la han hecho, aunque de aliño y con prisa por matar.

Pero hay faena para todos y ahora el trapo está en manos del hijo de "Carbonerito" que se ha ido a los medios y ha brindado al público lo que podría ser una faena apoteósica. Como es sabido, Jose Luis Ábalos lleva muchos años, casi toda la vida salvo un breve período comunista, en el PSOE de Valencia. Luego, contratado por la cuadrilla de Pedro Sánchez, destacó en el PSOE como secretario de Organización durante cinco años, y en el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, tres.

Tras su negativa a dejar su acta de Diputado, desairando al Icono "resiliente", ahora en el Grupo Mixto, ya expulsado del partido y sin disciplina de voto, Ábalos tiene en sus manos la oportunidad de hacer esa faena extraordinaria, que muchos desean aunque no esperan, si realmente tiene pruebas de todo lo que sabe y decide, si no tirar de toda la manta, sí de algunos piquitos que dejarán entrar mucho frío en el redondel del PSOE.

Tiene un problema bien grave. ¿Qué banderillas negras deberá clavar en el lomo del morlaco que ya lo ha revolcado de modo que no resulte herido él mismo? ¿Qué muletazos de castigo? Estamos ante el chascarrillo del dentista y el paciente acojonado que le aprieta los cataplines al especialista y le espeta: "No nos haremos daño, ¿verdad, doctor?". Claro que el pellizco puede ser al revés y quedar la faena en tablas. O, quién sabe, puede darse la espantá de alguno de los dos o que uno yerre y se le acabe la "tierra firme" y la "resistencia".

De momento, el lidiador ha sacado raza, que le viene de familia, y ha desafiado a la autoridad competente negándose a cumplir una de las leyes no escritas del ruedo ibérico partidista que es no dañar a la organización ni al líder. Pero el estropicio ya está hecho y se trata de saber cuánta más ruina puede sobrevenir a la cuadrilla que lo ha dejado a los pies de los caballos y en la cara de un astado que lo puede desgraciar de mala manera y de por vida.

Vamos a hacer una relación de los mejores pases de su hipotética apoteósica faena, que podrán ser al natural, ayudados por alto o no, derechazos, de pecho, redondos, manoletinas, doblones de rodillas o los que él decida. El memorial no es exhaustivo sino meramente indicativo del amplio repertorio con el que Ábalos podría adornarse.

Por empezar por alguna parte, ahí está la Fundación Fiadelso, (Fundación Internacional de Apoyo al Desarrollo Local y Social), una ONG de ayuda al tercer mundo, inspirada por Ábalos en 1992. A ella fluyeron dineros, nada menos que 4,9 millones de euros hasta 2015, desde diversos donantes, como la Generalidad de Valencia; la Junta de Castilla-La Mancha, por entonces de José Bono, se supone; La Caixa; las cajas de ahorro valencianas y fíjense, la Universidad Complutense de Madrid. Aquí ya hay cosas de algún interés, aunque viejas y mansas, que podrían caber en su faena.

En esta Fundación trabaja o trabajaba uno de sus suegros, el más reciente (Ábalos ha tenido tres mujeres, por ahora, y, en estos momentos, tiene una novia jovencísima), Mario Perles Belenguer, secretario desde el año 2011 y un año antes su ya exmujer, Carolina Perles, fue designada vocal y tesorera de la Fundación. Ahora, trasladados a Madrid en 2017, ejercía como "asesora" (es Policía Local de carrera) de la Delegación de Gobierno en Madrid, donde estuvo a las órdenes de José Manuel Rodríguez Uribes, valenciano y luego ministro.

A primera vista, el diestro Ábalos tiene bastantes pases pendientes en la muleta, como se ve. Por eso vamos a ir a los más hondos y turbadores para la Autoridad. No se recuerda mucho pero así fue, que José Luis Ábalos fue un enemigo visceral de Ximo Puig, por lo que debe conocer bastantes circunstancias agravantes. Es sabido que a Puig y a su familia le ha ido bastante bien, aunque no se sabe bien cómo, algo que Ábalos puede contar. Ahora que Ximo ha pedido su ejecución pública, la muleta podría enzarzarse con él.

Por ejemplo, se publicó que el nombre de Puig sale anotado en las agendas del cabecilla de la trama Azud, el extesorero del partido José María Cataluña, conseguidor de un dinero a cambio de mordidas que acabó enterrado en las campañas electorales socialistas. A Ximo, nuevo embajador de España ante la OCDE, no le vendría bien salir al ruedo.

Además, está lo de su hermano, Francisco Javier, imputado por el presunto cobro de manera fraudulenta de diversas subvenciones ilegales a varias administraciones. Entre ellas, está la de la Generalidad valenciana, que presidía Ximo, quien dilató todo lo que pudo la entrega de documentación que le reclamaba la Justicia. Ah, y no se olvide el vergonzoso caso de Mónica Oltra, su vicepresidenta, encubridora de un marido abusador de una menor en una institución oficial del gobierno.

Naturalmente, Jose Luis Ábalos participó en todo aquel turbulento proceso que condujo a Pedro Sánchez a la dimisión en octubre de 2016 y fue miembro de la banda del Peugeot, copyright para el ingenioso Miguel Tellado, que recorrió España buscando apoyos y medios para invertir el destino y ser él el que defenestrara a Susana Díaz y sus débiles barones en 2017. Fíjense qué tropa: Sánchez, Adriana Lastra, Santos Cerdán, José Luis Ábalos y el chófer, ¡Koldo García! Anda, que se conocían todos muy bien. Pues ya han caído tres, pero solo podrá quedar uno.

En ese proceso, desde la urna escondida tras un biombo con votos irregulares pasando por la lluvia de avales que parecían venir del cielo –Pedro Sánchez dixit—, quedan muchas cosas por contar. Resulta casi imposible lograr tal proeza, a menos que las mañas no hayan sido del todo ajustadas a las reglas de juego. El asunto de la mampara ya dio muestras de la suciedad de los procedimientos. Y Ábalos estaba allí y lo sabe.

Pero vayamos a lo mollar de la faena. Begoña Gómez, esposa de Pedro Sánchez, y su exmujer, Carolina Perles, expolicía local, parecen haber tenido relaciones muy próximas, casi íntimas (los Sánchez fueron a la celebración del 60 cumpleaños de Ábalos). De ahí la hipótesis de unos supuestos negocios juntas en Marruecos y la presunta revelación a Begoña de los entresijos empresariales de Ábalos.

La cosa se complica por las fechas. Begoña Gómez fue ejecutiva de IE África Center desde agosto de 2018 a junio de 2022. En mayo de 2021 tuvo lugar el espionaje de los teléfonos móviles de Sánchez, Margarita Robles y Fernando Grande Marlaska por el programa Pegasus y desde el principio se insinuó que Marruecos estaba detrás de la operación. ¿Sabrá Ábalos lo que pasó en Marruecos, por qué Begoña Gómez salió de IE África Center y qué papel jugó su ahora exmujer, Carolina, en su defenestración?

¿Hubo o no informes de Marlaska y otros sobre la supuesta vida disoluta del exministro que éste negó? (Koldo García participó en una trifulca que tuvo el ministro en un pub de Mérida en febrero de 2019 y estaba en la ya famosa juerga de Ábalos en las islas Canarias, en noviembre de 2020). ¿O es que hay más cosas? Hay muchas preguntas y las respuestas las tiene el "comandante" Ábalos.

De aportar piezas que encajen en este puzle personal y político, la faena de Ábalos ya sería meritoria. Pero todavía queda recorrido para un corte de orejas. De todos modos, como se va viendo, Ábalos, por proximidad al presidente y su familia; por su índole de secretario de Organización del PSOE y ministro, tiene que tener pases de sobra en su muleta con los que hacer vibrar a los tendidos.

En las ondulaciones del trapo de Ábalos vuela la aerolínea Plus Ultra. Cuenta Álvaro Nieto en su imprescindible libro Conexión Caracas Moncloa que el martes 9 de marzo de 2021 la entonces ministra de Hacienda, María Jesús Montero, anunció una ayuda para la compañía venezolana, nada menos que 53 millones de euros. Lo curioso es que nadie había oído hablar de ella y que, en enero de 2021, poco antes del rescate, Plus Ultra había operado sólo dos vuelos en España.

Luego saltó el escándalo: "Plus Ultra había sido la empresa elegida por el régimen de Nicolás Maduro para realizar en exclusiva los viajes de repatriación de venezolanos varados a un lado y otro del Atlántico durante la pandemia". Por si fuera poco, Plus Ultra era una empresa "ligada a Delcy Rodríguez y a la mujer de Maduro" (Cilia Flores). "Dos de los cuatro informes que sirvieron para avalar el rescate de la aerolínea fueron elaborados por organismos que dependían de él: Aviación Civil y la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA)", revela Nieto, Vaya, vaya.

Y, ¿quién era el ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana que fue a recibir a Delcy Rodríguez al aeropuerto de Barajas en el coche de Koldo García? Pues él mismo. Y debe saber cómo se hizo todo porque era buen amigo de altos cargos del chavismo, por ejemplo, del ministro de Turismo, Félix Plasencia, que la acompañaba en el avión.

De este modo hemos llegado al caso Delcygate, vicepresidenta ella de la Venezuela tiranizada por Nicolás Maduro. "En la madrugada del domingo 19 al lunes 20 de enero de 2020, se presentó en Barajas Delcy Rodríguez, la que llamaba a Zapatero ‘mi príncipe’ y era además ministra de Economía", cuenta Federico Jiménez Losantos en La vuelta del comunismo. ¿A qué vino con su ristra de maletas cargadas de no se sabe qué y con destino a quién sabe dónde?

Y sigue: "el Gobierno Sánchez-Iglesias, recién nacido, se movilizó para impedir que, con su ímpetu habitual, Delcy irrumpiera en el aeropuerto y le obligara a prevaricar más de lo habitual y en términos europeamente desagradables". Había que pararla porque no podía entrar en España, espacio Schengen de la Unión Europea ya que está fichada por la Interpol. ¿A quién se le encomendó la tarea de frenado? A José Luis Ábalos. ¿Quién se la encomendó? Sólo puede ser uno: Pedro Sánchez. O sea, que el derechazo de Ábalos en la faena puede ser de bandera.

Por si fuera poco, Ábalos tiene un pasado de colaboración con el M-19 colombiano, una guerrilla terrorista, y la izquierda sudamericana, como ha recordado Ernesto Yamhure. Un muletazo para su faena revelar qué pasó, cómo y qué había en las maletas que salieron con rumbo a Turquía. ¿O no salieron?

Terminemos, por ahora y sin agotar la lista, con el caso de las mascarillas, Koldo, Ábalos, Sánchez. Bueno, mascarillas y ya veremos de qué más material sanitario (hay una incógnita sobre contratos por 748 millones de euros destinados a su compra que borró el Tribunal "sanchista" de Cuentas, cifra que se parece mucho a la del caso ERE). De este caso ha dicho Ábalos que "es el chocolate del loro", o sea, algo sin importancia si se compara con el volumen de gasto de su Ministerio. Pues mucho darían media vida por un pimiento, por un tomate y por una oncita de ese chocolate.

Más conocido, resumimos brevemente que hay 20 detenidos, entre ellos el asistente de Ábalos y chico para todo, Koldo García, y que ya bailan las cifras desde 53 a 130 millones, paraísos fiscales, pisos y se irá sabiendo qué más. Si eso es el chocolate el loro… De lo que se está seguro es que este no es un caso más, sino el caso de la legislatura y quizá el caso del fin de la legislatura cuyo ambiente define el propio Ábalos como "asfixiante".

Ábalos Meco, que rima con Alcalá, tiene, por ahora, la muleta desplegada pero no parece que quiera empezar la que podría ser su apoteósica faena dedicada a los que se la han hecho a él y de qué manera. ¿Saber? De todo y casi todo. ¿Contar? Ya se irá viendo, filtración a filtración, pero a punto de empezar la suerte, ya hay una gran expectación en todo el coso ibérico. Si empieza a pegar pases y se gusta en la faena, el toro, el que sea, no tendrá tablas a las que huir.

En la entrevista celebrada el pasado miércoles en Onda Cero, José Luis Ábalos dejó caer con la mano desmayada que la decisión que había tomado la dirección del PSOE, esto es, Pedro Sánchez, de castigarlo de un modo escandaloso y terminal, es una decisión equivocada (además de autocrática porque no respeta los Estatutos internos) que no es compartida por muchos pero que ha sido aceptada por disciplina, una disciplina que ya no le afecta por haber sido expulsado del partido.

Si quiere puede responder a más preguntas sobre los otros contratos a dedo y sin control firmados durante la pandemia, la vertiginosa ascensión de Pepiño Blanco, el rescate de Air Europa y la presencia en él de socios de las mascarillas, los regalos y mordidas a los enemigos nacionales, desde Bildu a Junts que él orquestó y tantas cosas más. Saber, sabe, y mucho. Puestos a hacer la faena, tiene recursos, muchos.

Pero, como en las faenas taurinas que siguen vivificando la arena española, también el miedo se viste de luces. En este caso, ¿cómo evitar que lo que cuente, si lo cuenta, no le empitone a él mismo? El hijo de Carbonerito ha sido humillado públicamente y condenado al ostracismo. Un pilar básico del sanchismo ha caído y el edificio puede derrumbarse. Nos gustaría mucho que hablara sin censura ni tapujos para que España mejore moralmente, pero racionalmente no se ve más salida que una cuantiosa espantá antes del primer pase.

De momento, lo trascendente es que ha desafiado la autoridad del sátrapa y lo ha mostrado como un tirano débil que depende de demasiados intereses que pueden hundirlo en el fango de su historia en un santiamén. Pero, claro, estos socios de ocasión sienten el vértigo de perder las próximas elecciones generales, y ser dañados en las autonómicas, y desandar el camino de la España rota que conducirá a la España roja o viceversa.

Apuntalarán a Sánchez como sea si Ábalos se niega a hacer faena, pero si ya la legislatura es asfixiante, lo que quede de ella va a ser espeluznante. La esperanza es que la vergüenza y el descrédito hagan que la cuadrilla que dicta en Moncloa y en Ferraz acabe en el arroyo, su lugar natural.

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