Jaime Mayor Oreja y María San Gil [i] siguen llevando razón. La llevan desde hace mucho tiempo. Los análisis que han hecho de la situación política española y de la evolución de los nacionalismos en Cataluña y País Vasco siguen vigentes. Anunciaron que ETA era la capitana del Frente Popular que hoy gobierna España y ahora invitan a la refundación de un espacio democrático nacional en ambas regiones con la vista puesta en toda España, uniendo las fuerzas de PP, Vox y las voces de intelectuales, periodistas, asociaciones, fundaciones y entidades que inundan Internet.
Jaime Mayor, como ministro del Interior, redujo a ETA y sus tentáculos políticos a la mínima expresión y su conocimiento de la realidad sin florituras ya le hizo deducir, hace mucho, que ETA y los separatismos serían los grandes ganadores tras la destrucción de la opción vascoespañola y catalanoespañola.
María San Gil, que vivió el terrorismo etarra en calidad de testigo directo cuando Txapote asesinó a su amigo Gregorio Ordóñez, diputado vasco del PP y teniente de alcalde de San Sebastián, de un tiro en la nuca. Desde hace años, dejó el PP y codirige con Mayor Oreja la Fundación Neos, de orientación católica, que defiende los valores cristianos. Acaba de dar a conocer un Informe en el Centro de Estudios Ceu-Cefas sobre la legitimación democrática de ETA. [ii]