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Marcel Gascón Barberá

Ucrania, a la caza de los nuevos nazis

La formidable respuesta de Ucrania a este momento decisivo de su historia está forjando nuevas alianzas que cambiarán Europa.

La formidable respuesta de Ucrania a este momento decisivo de su historia está forjando nuevas alianzas que cambiarán Europa.
Un soldado ucraniano camina por el centro de Kiev. | EFE

La audacia y la determinación de los ucranianos está cambiando la Historia y de esta guerra de conquista rusa saldrá una nación más grande o más pequeña, con o sin todo el territorio que le corresponde a su Estado, pero una nación orgullosa y consciente de su misión, que es la de vivir en libertad como lo hacen las sociedades que valen la pena en el mundo, y no bajo la bota del tirano que tan cruelmente castiga su voluntad de soñar.

La formidable respuesta de Ucrania a este momento decisivo de su historia está forjando nuevas alianzas que cambiarán Europa. La entente entre el pentágono que forman el triángulo báltico con Polonia y la propia Ucrania desplazará el centro de gravedad del continente hacia el Este en detrimento de Alemania y Francia. En el nuevo centro de Europa caben conservadores y liberales conscientes de lo que de verdad vale la pena en la vida, no solo en política. Nuevos poderes emergentes de momento regionales capaces de guiar su acción política por la emoción de lo moral y a quienes el cínico apaciguamiento que domina el ambiente en Berlín, pero sobre todo en París, solo provoca desprecio.

Alguien le recordaba el martes en Twitter al canciller Sholz que la familia de la foto fue ejecutada por los rusos en Bucha, para preguntarle después sobre lo importante: "¿A cuánto está el precio del gas y el petróleo en Alemania? ¿No ha subido mucho todavía?"

Otro tuitero señalaba que la diminuta Estonia ha proporcionado a Ucrania el doble de apoyo militar que Francia, el país con la industria de defensa más potente del continente y el principal abogado de la independencia estratégica de la UE. El nuevo equilibrio de fuerzas que está propiciando Ucrania hace saltar por los aires las viejas jerarquías europeas, entierra la desconfianza hacia Estados Unidos y el Reino Unido sin que importe el Brexit e invita a la sala de mandos a Gobiernos valientes y con principios como los de Eslovenia y Chequia, mientras echa a patadas a Hungría por haber demostrado ser lo contrario.

La UE que saldrá de esta guerra será más heterogénea y flexible, menos monolítica. Por lo menos al principio, su líder moral ni siquiera será un Estado miembro. Ucrania es un faro que se inspira en Israel pero tiene mucha más proyección que el Estado judío. Por dimensiones y población, y por la historia y la naturaleza misma del judaísmo, Israel es un país obligado al particularismo. Esto no puede decirse de Ucrania. Sus 44 millones de habitantes de etnias, culturas, lenguas y religiones distintas, unidos ahora en los anhelos de dignidad nacional y libertad que quería sofocar Putin, se antojan un océano propicio para que en él desemboquen los ríos internacionales de idealismo desbordantes de entusiasmo por la causa y el ejemplo de Ucrania.

Hasta los ucranianos menos politizados parecen ser partícipes de este sentimiento. Nadie está dispuesto a resignarse a emigrar y las expresiones de admiración las reciben con la naturalidad de quien las aprecia y sabe que las merece. Este martes, dos mujeres de Járkiv, Elena e Inesa, me preguntaron en la Estación del Norte de Bucarest mientras les ayudaba a comprar un billete de tren a Bulgaria si algún día iré a verlas a Járkiv. Les dije que claro e Inesa contestó: ¿pero de visita o a reconstruir? En este paisaje emergente del mundo, los rusos son los nuevos nazis, y la flamante élite ucraniana no solo ha aceptado la inevitabilidad de una guerra permanente de supervivencia. También empieza a pensar en la venganza. Preguntado por Julia Ioffe por su idea de hacer justicia, el consejero de Zelenski Serhiy Leshchenko ha hablado de algo más que de investigaciones internacionales y tribunales. "También pienso que Ucrania creará –o quizá se cree solo– un grupo para buscar venganza en todo el mundo, como hace Israel." Igual que el Mosad buscó golpear a los genocidas nazis hasta en el rincón más remoto en que se escondían, Ucrania no olvidará ni esperará a que actúen otros para hacer pagar a quienes dirigen y ejecutan las operaciones de castigo contra su pueblo.

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El martes, cuando paseaba por los alrededores de la estación de trenes con Elena e Inesa, Elena me pidió un billete de un leu para acordarse de que una vez, de camino a Bulgaria cuando huía de la guerra, pasó unas cuantas horas en Bucarest. Como hago siempre con los que ven por primera vez los billetes de plástico rumanos, intenté romperlo en dos para demostrar que es imposible desgarrarlos. Pero el billete ya estaba desgarrado y he acabado partiéndolo. Elena ha propuesto que yo me quedara una mitad y ella la otra, para que cuando termine la guerra las juntemos con celo bajo el cielo de Járkiv.

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