Menú

La Ilustración Liberal

Volver a Aron

Jerónimo Molina es profesor en la Universidad de Murcia. Su especialidad académica es la Política social, disciplina que aborda sin los prejuicios que impone la religión política del Estado del Bienestar. Sin embargo, la mayor parte de su investigación está centrada en el realismo político, doctrina a la que ha dedicado varias obras que han despertado gran interés, como Julien Freund, lo político y la política, dedicado al discípulo francés más destacado de Carl Schmitt, discutido jurista al que acaba de dedicar también un volumen de más de 200 páginas (Contra el 'mito Carl Schmitt').

En la estela de estos pensadores realistas es necesario contar también con Raymond Aron, el agudo sociólogo parisino de cuya muerte se conmemoraba recientemente el trigésimo aniversario y al que el profesor Molina ha dedicado este libro breve –menos de 80 páginas− pero con una penetración poco frecuente y poderosa textura literaria.

Para Molina, Aron es un realista político que persigue las "regularidades" de lo político, es decir, las constantes del comportamiento político del ser humano. Aquí y allá da muestras Aron de su ojo político: en el estudio de los dos regímenes característicos de la sociedad industrial (constitucional-pluralista y de partido único), en la fijación de un esquema interpretativo de los sistemas y constelaciones internacionales, etc. Molina ordena el pensamiento de Aron a partir de dos categorías fundamentales: la del maquiavelismo político y la de las religiones seculares. En las dos se transparenta la crítica aroniana al espíritu totalitario.

Es cierto que antes de la II Guerra Mundial la opinión de Aron sobre el maquiavelismo es muy crítica. Esto es lógico en alguien de su formación, en el espíritu laicista y vagamente socialista de la III República Francesa. Sin embargo, en el año 1939 discute públicamente con Jacques Maritain sobre la naturaleza del maquiavelismo. En una sesión de la Sociedad Francesa de Filosofía Maritain defiende, como teólogo político católico, que las sociedades libres deben abstenerse de recurrir a ciertos medios, para no contagiarse del mal totalitario. Aron, cuya "conversión a la política realista" es contemporánea de la llegada de Hitler al poder, que contempla in situ, argumenta que en política no siempre es posible elegir la respuesta que se da al enemigo, sino que este puede incluso imponerla con una acción arrolladora. En tal caso, señala, los regímenes liberales, de alguna manera, deben ser capaces de "las mismas virtudes que los regímenes totalitarios". Reconciliado desde entonces con el maquiavelismo “moderado”, al que se adhiere como realista político, elabora la crítica de las “religiones seculares” (religions seculières), expresión que utiliza por primera vez en 1944 y que tiene un sentido próximo a la idea de las "religiones políticas" (politische Religionen), utilizada ya por Eric Vögelin hacia 1938, y a las "religiones de salvación" (religions du salut), terminología preferida por Julien Freund. Ya en los años 50 se concentrará en la crítica de las ideologías revolucionarias, particularmente de los retoños del marxismo en el siglo XX (leninismo, estalinismo, etc.).

Es en este punto en el que el estudio de Molina ofrece una original interpretación del pensamiento aroniano: a su juicio, los escritos de Aron sobre el maquiavelismo, sobre las religiones seculares y sobre las ideologías e izquierda (el "opio de los intelectuales") son las tres dimensiones de su incisiva crítica del espíritu totalitario.

No dejen de leer este estudio penetrante, muy sustancioso, que aporta y suscita reflexiones de calado.

Jerónimo Molina Cano, Raymond Aron, realista político, Sequitur, Madrid, 2013, 86 páginas.