Menú

La Ilustración Liberal

Diez años con Libertad Digital

Como ocurre siempre con los acontecimientos importantes de la vida, diez años parece poco y mucho tiempo a la vez. Es mucho cuando pensamos en cómo estábamos en aquel año 2000 y en cómo estamos hoy, en el 2010. Y es poco cuando, al pensar en Libertad Digital, sentimos que ha estado siempre presente en nuestras vidas. Ya casi no somos capaces de recordarnos sin este medio al que acudimos varias veces al día para saber qué pasa en España y en el mundo.

La sensación de eternidad de estos diez últimos años viene motivada seguramente por la brusca transformación que ha sufrido España en este periodo de nuestra historia. En el año 2000 comenzaba la segunda legislatura de Gobierno del Partido Popular de José María Aznar. La realidad de España entonces era una historia de éxito, de crecimiento y de progreso.

En el terreno económico, la sociedad española caminaba por lo que parecía una sólida senda de creciente prosperidad. En el tablero internacional, España se había convertido ya, con naturalidad, en un país más de Occidente. Desde el punto de vista político, la alternancia de 1996 era el certificado de la normalidad democrática y la segunda victoria popular, esta vez con mayoría absoluta, asentaba esa normalidad. Y, desde el punto de vista de la lucha por las libertades y contra el terrorismo, el camino que se emprendía entonces iba a resultar el más fructífero de todos los tiempos.

La honestidad, el compromiso, la responsabilidad, el tesón y el esfuerzo eran los valores que guiaban a los españoles a la hora de seguir construyendo la nueva realidad española. Y estos mismos valores eran los que, desde el Gobierno de la nación, se transmitían y se contagiaban a todas las instituciones del Estado y a la sociedad en su conjunto.

Después del período de prosperidad, estabilidad y crecimiento más prolongado de nuestra historia reciente, el proceso de modernización de España ha quedado detenido. Y hoy España sufre la crisis económica y social más grave de su historia moderna. La España de hoy en día poco tiene que ver con la España de hace diez años.

En estos últimos años, España se ha convertido en un país lleno de malas noticias. La sensación de crisis, de desconfianza y de confusión se encuentra más que justificada porque la situación no es para menos. Parece mentira que en tan pocos años la realidad se haya transformado tanto. Parece mentira que un Gobierno, en menos de seis años, haya sido capaz de darle la vuelta a tantas cosas y de modificar de un modo tan sustancial los valores de una sociedad.

España se ha instalado en el relativismo, doctrina muy cómoda porque libera al ciudadano de obligaciones, de verdades objetivas. Todo es opinable y todo depende del punto de vista desde el que se mire la realidad. Y la crisis económica, que tanto preocupa a todos, tiene su origen en la profunda crisis de valores, en la pérdida de referencias éticas y morales que representa la doctrina del relativismo impulsada hoy en España por los socialistas.

El relativismo, como en su día el buen hacer de los gobiernos de José María Aznar, basado en los principios, es contagioso. En España, hoy en día, la referencia de los valores y los principios casi no existe. Los ciudadanos no tienen dónde mirar, han perdido las referencias.

Y en este desierto de los valores es donde Libertad Digital ha desempeñado una función imprescindible. Libertad Digital se ha convertido en estos años en la referencia para aquellos ciudadanos que desean conocer la verdad sin medias tintas y para aquellos que necesitan ver reflejadas sus opiniones en el espejo de la información.

Libertad Digital ha cubierto un hueco esencial entre los ciudadanos que huyen de la neutralidad, de las buenas palabras para quedar bien y del buenismo facilón de los que sólo quieren agradar. Libertad Digital es ya un referente para todos los que, sin complejos y con naturalidad, queremos saber la verdad de las cosas.

Gracias por hacer lo que hacéis y os deseo otros diez años de éxito en libertad.

Número 43

Varia

Intelectuales

Libertad Digital, suma y sigue

Reseñas

Libro Pésimo

El rincón de los serviles