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La Ilustración Liberal

El periódico de las víctimas del terrorismo

El nacimiento de Libertad Digital, hace ahora diez años, coincide con el inicio de una etapa en España que supuso un antes y un después en la relación con las víctimas del terrorismo, a través de la aplicación, por parte del Gobierno, de las primeras leyes que las reconocían como tales.

Desde mi punto de vista, como víctima del terrorismo y como representante de una asociación de víctimas, Libertad Digital ha sido uno de los pocos altavoces que este colectivo ha tenido para seguir reivindicando la memoria, la dignidad y la justicia. Es por eso por lo que nunca podremos agradecer bastante a Libertad Digital su solidaridad, su implicación y su resistencia a la imposición de un proceso de negociación con los asesinos de ETA. Nunca podremos agradecerle lo suficiente la valentía de ser uno de los pocos medios de comunicación que desde el 11-M ha trabajado y sigue trabajando para que se sepa toda la verdad y se haga justicia.

Encontrar un grupo con profesionales que anteponen los principios que dignifican a las personas a los intereses comerciales supone todo un estímulo para seguir en la senda de la resistencia a las esperpénticas imposiciones políticas que nos afectan en materia antiterrorista; y también un ejemplo que deberían imitar muchos medios de comunicación.

Las víctimas del terrorismo, que somos todos los españoles en su conjunto, siempre hemos tenido un espacio en Libertad Digital, estuviéramos de actualidad o no. Para Libertad Digital, las víctimas del terrorismo siempre hemos estado y seguimos estando de actualidad.

Su línea editorial nos muestra qué significa la independencia periodística frente a la imposición partidista. Se trata de un hecho que, sin duda alguna, convierte a Libertad Digital en un medio incómodo para una gran parte de la clase política y, muy especialmente, para otros medios de comunicación, que, intentando aparentar esa independencia, quedan en evidencia ante Libertad Digital.

Durante estos intensos diez años, el periódico no ha escatimado espacio para denunciar todos y cada uno de los atropellos que se han hecho en materia antiterrorista: ha dado voz a las personas amenazadas y, lo más importante para mí, ha puesto cara a muchas víctimas del terrorismo anónimas, y con ello ha conseguido que sus lectores sientan aún más cercana nuestra causa. Una causa que, en definitiva, es la de todos los españoles.

Este compromiso, este cariño, este respeto y sobre todo esta defensa de la memoria, de la dignidad y de la justicia de las víctimas del terrorismo hicieron a Libertad Digital merecedor del premio Voces Contra el Terrorismo en el año 2008.

Si bien he empezado este artículo centrándome en cómo se trata a las víctimas del terrorismo desde este periódico, hay que reconocer que ésta no es la única buena causa en la que se ha implicado. La continuada defensa de las víctimas que sufren la injusta Ley del Menor; la permanente atención a los perseguidos por regímenes dictatoriales como el de Cuba o el de Venezuela; la promoción de quienes trabajan por la defensa de la lengua española o de la bandera de España; el impulso a las personas que exigen un trato justo e igual como ciudadanos, independientemente de la región de España donde vivan, son tan sólo algunos ejemplos de lo que identifica a este medio de comunicación y a todos sus profesionales.

He tenido la oportunidad de estar en la nueva y en la anterior oficina de Libertad Digital, y si algo hay digno de admiración en este medio es su capital humano: un equipo joven que trabaja mucho y con ilusión, con una implicación personal y moral que va más allá de lo que en cualquier contrato laboral se podría exigir. Trabajan en el proyecto de una sociedad más justa y libre.

Felicidades por este décimo aniversario. Nunca el nombre de un medio fue tan acertado y esperanzador.

Número 43

Varia

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