Menú

La Ilustración Liberal

Recuerdo

Empecé a trabajar en Libertad Digital siendo un pipiolo de 24 años, que apenas sabía nada de periodismo. Voy camino de los 35 años y sigo siendo el mismo pipiolo, aunque algo he aprendido de periodismo a fuerza de pasar por casi todos los puestos que se pueden desempeñar. He sido redactor de base, jefe de sección y redactor jefe de un periódico en internet, director de informativos de una tele y ahora también director de los informativos de una radio. Y todo en la misma casa. Les cuento esto para que entiendan el sentimiento de arraigo que tengo con Libertad Digital. Estoy aquí desde antes que las paredes y me gusta presumir de ello.

Lo recuerdo todo de estos diez años. Recuerdo la conversación que tuve con Javier Rubio el día que me contrató para el periódico en una cafetería enfrente de la COPE. Recuerdo la tensión del estreno. Recuerdo a todos los que estuvieron aquel 8 de marzo y a los que han trabajado aquí en estos diez años. Recuerdo también el primer consejo que me dio Federico allá por el año 2000. Estaba escribiendo una de mis primeras noticias en Libertad Digital. Era sobre Chechenia y la titulaba algo así como: "Putin garantiza el respeto a los derechos humanos en Chechenia y la presencia de ONG independientes". Federico pasó por mi lado, leyó el titular y con una media sonrisa me dijo: "Nunca te fíes de un soviético". A día de hoy todavía están esperando en Chechenia a esas ONG independientes.

Recuerdo especialmente cómo vivimos el 11-S. Fue la primera noticia de alcance mundial con la que tuvo que lidiar internet. Ese día el exceso de visitas hundió a la gran parte de medios. Nosotros sobrevivimos a pesar de que batimos todos los récords de audiencia con... 5.000 visitas ese día. Eso es lo que hacemos hoy en una mala hora de madrugada. Recuerdo que hace una eternidad dije que algún día alcanzaríamos las 100.000 páginas vistas al día. Recarte me llamó falso profeta. También dije que algún día tendríamos un millón de lectores. Recarte le pidió a Javier Rubio que me ingresara en un psiquiátrico. Vamos camino de los tres millones de lectores y ya no me atrevo a hacer previsiones porque hasta mi optimismo queda en evidencia.

Recuerdo todas las veces que tuvimos que cambiar el titular de portada la mañana del 11 de Marzo porque la cifra de muertos no paraba de subir. Salir a las calles de Madrid y encontrar las colas de gente esperando para donar sangre en la Puerta del Sol fue un shock difícil de olvidar. Recuerdo la primera vez que hablamos Somalo y yo con un sujeto extraño que se hacía llamar Luis del Pino y que supuso un antes y un después en la vida de Libertad Digital.

Recuerdo también los malos momentos. Las querellas y los juicios. Las personas a las que tuvimos que despedir por culpa de esa crisis que según Zapatero no existía. Hoy, 8 de marzo de 2010, prefiero quedarme con el recuerdo de todas las personas a las que pude dar la oportunidad que antes Javier, Federico y Recarte me dieron a mí. Es la tercera generación que alumbra esta casa, y verles triunfar dentro y fuera de Libertad Digital es la mayor satisfacción que jamás me dará esta profesión.

No sé dónde estaré dentro de diez años. De lo que estoy seguro es de que jamás olvidaré el lema con el que nació Libertad Digital ("Que nadie opine por ti, ni siquiera nosotros") y el lema con el que hemos cumplido una década: "Nunca olvidaremos lo inolvidable". Hasta dentro de diez años.

Número 43

Varia

Intelectuales

Libertad Digital, suma y sigue

Reseñas

Libro Pésimo

El rincón de los serviles