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La Ilustración Liberal

La inmigración, a la luz de la experiencia

En el terreno de los principios, no se me ocurre un fenómeno humano más positivo que el migratorio. Es una de las causas de progreso y de posibilidad de reforma para los países emisores de emigración.

Pero suelo tender, por deformación poperiana, a establecer mis juicios con respecto a la realidad y a contrastar los principios o hipótesis en relación con la experiencia.

El hecho que ha modificado buena parte de mis criterios, fue un intento de linchamiento de tres policías locales en la localidad alicantina de Crevillente. Los medios locales minimizaron la información. No es un hecho habitual. Era claramente noticioso, y fue ocultado. Eso motivó más mi interés.

Cuando visité Crevillente descubrí la habitual distancia en los políticos entre el discurso oficial y el de puertas adentro, también comprobé un cambio en la calle principal, que no podía deberse a un proceso de orden espontáneo. En un par de años la calle comercial, la Gran Vía crevillentina, parecía un feudo integrista –aparecieron fotos de Ben Laden, en varios establecimientos, tras el atentado del 11 de septiembre-, con una serie de jóvenes marroquíes (en Alicante, un problema similar eran con argelinos, no existen los magrebíes), desocupados, haciendo guardia delante de cada uno de los comercios. Ahora los protegían, pero antes habían estados instalados delante de ellos durante toda la jornada, para que sus dueños, al descender la clientela, los vendieran o alquilaran a bajo precio. Una forma de conspiración para hacer descender el precio de las cosas. En el intento de linchamiento había habido además, como se reflejaba en el atestado, un alto componente de racismo musulmán contra los españoles o crevillentinos cristianos.

Profundicé algo más en la realidad. Todo el esquema de la inmigración estaba funcionando con una gran racionalidad, pero poniendo en riesgo al Estado de Derecho. Por de pronto, porque conllevaba un fuerte incremento de la inseguridad ciudadana, por encima del 20% y del 30% en algunas ciudades. La inmigración ilegal favorecía intentar subsistir mediante pequeños hurtos, pero estos iban generando redes de receptación y pequeñas mafias en aumento, junto a las grandes mafias, provenientes éstas últimas sobre todo de Colombia. Había ya reyertas por el control de territorios.

Al tiempo, en el campo y en la construcción había una deriva claramente esclavista. Los contratos temporales no servían para vivir todo el año. Junto a ello, los inmigrantes se iban organizando por nacionalidades con una especie de capo, que era el que contrataba por todos y cobraba una comisión de cada uno, mientras los "empresarios" podían acudir a un mercado sin regla alguna de recto comportamiento.

Había, además, un riesgo de control de las poblaciones musulmanas a través de presuntos representantes, de corte integrista, de la "comunidad musulmana". Cuando muchos de los inmigrantes de esa religión venían huyendo de la miseria y de la intransigencia.

Como trasfondo, había un lucrativo negocio controlado por ONGs, como las de apellido Acoge, que además se dedicaban a amenazar con excomuniones laicas a quien osara analizar la realidad. Profesores universitarios cobraban por ello sobresueldos, con el añadido en imagen de aparecer como humanitarios. Los medios de comunicación se hacían eco de una doctrina políticamente correcta, que, sin embargo, la población estaba muy lejos de compartir.

Las mismas autoridades de Alicante, en sus conversaciones privadas, aceptaban un deterioro social futuro que conduciría a la ciudad al esquema conflictivo de Marsella. Y los responsables policiales se dedicaban a denigrar a los ciudadanos que denunciaban el deterioro de la convivencia en sus barrios, en vez de poner remedio a la situación. De hecho, el centro tradicional de Alicante estaba sufriendo un proceso coactivo similar al reseñado de Crevillente.

La denuncia de todos estos hechos trajo consigo el intento de silenciamiento, pero demostró con facilidad que la denuncia iba a la cuestión de fondo: lo que la inmigración estaba evidenciando era, amén de estúpidos complejos de culpa, sobre todo un mal funcionamiento del Estado de Derecho, que ponía en peligro no ya la integración, sino la misma convivencia, perjudicando a todos. La Justicia era lenta, funcionaba mal y primaba la multireincidencia. La Policía tenía pocos medios y estaba atenazada por sus mandos, temerosos de ser criticados por los medios de comunicación locales de corte "progresista". La burocracia era muy lenta y perjudicaba a los inmigrantes económicos en sus procesos de regulación, favoreciendo la generación de mafias de intermediarios.

Las asociaciones ciudadanas venían planteando algunas propuestas, que se trataba de silenciar. Algunas han encontrado eco. La más clara, la de los juicios rápidos. También la penalización de la reincidencia en los delitos. O que los contratos temporales den lugar a permisos de residencia igualmente temporales, con contrataciones en el lugar de origen (como los españoles para la vendimia francesa), rompiendo la caída en picado en el esquema esclavista.

Por supuesto, la relación de la inmigración con el contrato de trabajo, agilizando los trámites burocráticos. Y, contemplando la inmigración como un contrato social con la nación de acogida, la información sobre la Constitución y, algún gesto o jura de aceptación, para evitar la existencia de guetos donde no se tengan en cuenta los derechos humanos, por ejemplo de las mujeres (musulmanes exigen ser atendidos en las instituciones bancarias por varones o no permiten que sus mujeres expliquen sus dolencias en las consultas de la Seguridad Social, a la que tienen acceso también los inmigrantes ilegales, a través de la llamada "tarjeta solidaria").

El proceso migratorio ha puesto en evidencia muchas faltas de sentido común en la sociedad, muchos dogmatismos impuestos por una casta intelectual y muchas carencias en el Estado de Derecho. Ahí es donde está, en mi opinión, el auténtico problema, pues la inmigración es beneficiosa y constituye un puente que puede ayudar a la reforma de países donde las tiranías han llevado a la miseria a sus poblaciones. Esquema del que huyen los más listos y mejor preparados.

Número 13-14

X Jornadas Liberales Iberoamericanas

Mesa redonda sobre inmigración

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Reseñas

El rincón de los serviles

3
comentarios
1
emigrantes del 60
ramon

ahi mando una pagina que habla sobre la emigración que padecimos por los años 60, contiene fotos
www.ramonsanchez.net?

2
Muy facil salir del pais a mi ahijo
GUSTAVO RIVERA CORDOBA

Mi nombre es gustavo rivera cordoba de profesion ingeniero civil y mi hijo gustavo rivera prada, muy respetuosamente les solicito no dejar salir del pais a mi hijo hacia los estado unidos de america (miami), para que mi hijo pueda salir del pais debo estar presente en el aeropuerto el dorado frente a las autoridades de imigración favor tener muy encuenta mi observación, puesto que me pueden facilficar algun documento.
atentamente,
ing. gustavo rivera cordoba
padre del menor en menciòn?

3
Sobre el art. de la Inmigración de D. Enrique de Diego
E.M.Prieto

Insuperable. Necesario. Censurado por la CORRECCION POLITICA.
Enhorabuena?