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La Ilustración Liberal

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Jean-Phillipe Toussaint, nacido en Bruselas en 1957, es un escritor de buen gusto, refinado. En su novela La televisión desarrollaba una epopeya minúscula en torno a pequeñas cosas cotidianas, a propósito de las oposiciones entre la novela y la televisión. Imaginación y fantasía, y una mirada burlesca, eran las señas de identidad de esa fruitiva narración escrita por un jansenista sonriente. Su dimensión, como escritor, ha ampliado ahora gracias a su libro de viajes Autoportrait (A L'Entranger), donde escribe como quien clava mariposas con un alfiler: abunda en sabrosas descripciones de minúsculos momentos recortados sabiamente del fondo vasto de la vida.

El mejor viajero no es aquel que va más lejos, sino el que sabe recordar, decía Somerset Maugham. Y lo sabe bien, Toussaint. En los apuntes de Autoportrait, nos encontramos con su primeras impresiones de Tokyo, la llegada a Hong Kong con los horarios cambiados, sintiendo esa angustiosa sensación, en el silencio de la cabina mientras los demás duermen, de estar detenidos en el aire. Luego, entra en Kong Kong como en una novela. Y es delicioso su relato del viaje en tren a Praga, observando desde el vagón/restaurante el mundo en torno: los paisajes a través de las ventanillas, la dulzura y ligereza de la luz que flota en torno a los dos viajeros con precisión nabokoviana.

Y, unas páginas más adelante, bajo el título de "El día más bello de mi vida", pinta con precisas palabras un campeonato de bochas, realizado en un pequeño balneario de Córcega. El partido final, jugado en la arena y junto a las ondas del mar, con la participación de un heterogéneo grupo de personas, con el lanzador bocha en mano, sopesándola, para lanzarla por elevación y con efecto, cortando por un instante la respiración de todos, el lector incluido, tiene las cualidades de un cuento chejoviano.

Este breve libro, que los lectores desearían más extenso, abunda en fogonazos e iluminaciones. A los mencionados, debo agregar unos apuntes sobre Vietnam, donde la presencia de Jane Birkin cobra, inesperadamente, singular importancia. El secretario de la Unión de Escritores Vietnamitas le pide que cante una canción; y luego, cuatro generaciones de escritores de Vietnam, baten palmas desde sus mesas pidiéndole que cante. Todo el mundo se suma al pedido, y conforma de esa manera una poderosa algarabía a la que Jane Birkin no puede resistir.

En el libro de Jean-Phillipe Toussaint, la vida y la imaginación se acercan hasta darse la mano. Sus ciudades ya están fuera del tiempo, de la misma manera que en la novela al principio mencionada, sus personajes imaginarios caminan por las veredas de la realidad. Son cara y cruz de la misma moneda. Es un paseante que, por amor a las palabras, va escribiéndose a medida que se desplaza por geografías reales y los territorios del corazón.

Jean-Phillipe Toussaint, Autoportrait (A L'Entranger) Éditions de Minuit.

Número 12

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